Una reunión secreta no aproxima las posturas de Villar y Baró
Los presidentes de la Federación Española de Fútbol y la Liga Profesional de Clubes, Ángel María Villar y Antonio Baró, mantuvieron el pasado viernes, en Barcelona, una reunión secreta para intentar resolver su fuerte enfrentamiento por los temas del cuarto extranjero y, sobre todo, la reforma de la Segunda División A.La reunión, que portavoces de uno y otro organismo calificaron de "un cambio de impresiones", no sirvió para frenar las discrepancias que Baró y Villar mantienen por el control y la organización del fútbol. No se descarta que el secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez-Navarro, se reúna mañana con Villar y Baró para resolver.
La Liga Profesional desafió el pasado jueves a la Federación al aprobar la ampliación a cuatro del número de los extranjeros por equipo y el aumento de la Segunda a 24 conjuntos para que no haya descensos en esta categoría. Los dirigentes federativos se oponen a esos acuerdos y consideran que son competencia de su asamblea, en la que la Liga sólo cuenta con ocho de los 150 votos mientras no se modifiquen los reglamentos. Así, pues, las decisiones de la Liga quedan a expensas de aquélla, que se celebrará este viernes.
Varios federativos están dispuestos a ceder en cuanto al cuarto extranjero por club, pero no en otras competencias. La Liga Profesional defiende su postura de fuerza porque cuenta con el apoyo del Consejo Superior de Deportes. Además, según la nueva Ley del Deporte, la Liga pasará a tener más poder en las decisiones que afectan al fútbol profesional.
Dirigentes federativos comentaron, "Villar y algunos de sus máximos colaboradores pensaron en dimitir hace un tiempo Así se lo indicaron a quienes debían planteárselo". Pero la situación de fuerza ha llegado a tales extremos que ahora se habla en términos como los de "en vez de irnos, tendrán que echarnos" Mientras tanto, la Liga confía en que su coincidencia con el secretario de Estado para el Deporte en el planteamiento del control y la organización del fútbol profesional va a ser decisiva para con seguir acuerdos como los del cuarto extranjero y que esta temporada no haya descensos en Segunda División.
"Hay una declaración de guerra, pero ésta no se ha iniciado aún", señaló un portavoz federativo para explicar las tensas relaciones con la Liga Profesional. A la Federación le restan por jugar cartas como las de la FIFA y la UEFA, máximos organismos del fútbol mundial v europeo, cuyos representantes ya han adelantado que sólo se relacionan con federaciones nacionales, como ha podido comprobar el Real Madrid con el caso Prosinecki. "Si los clubes españoles no quieren participar en las Copas de Europa, lo tienen muy fácil: seguir por el camino que pretende la Liga", comentó el mismo portavoz.
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