_
_
_
_
_
TENIS / TORNEO DE WIMBLEDON

Dramática victoria de Steffi Graf

La reina vive. Steffi Graf (Alemania, 1) recuperó en Wimbledon el trono del tenis femenino mundial. La historia de este deporte se escribe en Wimbledon. Y la historia dirá que Graf se proclamó ayer campeona en el All England Tennis Club por tercera vez -antes lo logró en 1988 y 1989- al derrotar en la final a Gabriela Sabatini (Argentina, 2) por 6-4, 3-6 y 8-6 en dos horas y ocho minutos de intensidad. Cuarenta millones son el premio material para la ganadora.

Más información
Becker y Stich se enfrentan en una final sin florituras

Steffi Graf también sabe sufrir y llorar. Ayer hizo ambas cosas en su rehabilitación como campeona. Sufrió durante el encuentro y estalló en lágrimas al sumar su décima victoria del Grand Slam. Fue el final de un largo túnel de 18 meses en los que la alemana no había conseguido ningún título grande, había cedido los galones de número uno mundial y se había sentido impotente para espantar los fantasmas domésticos que los escándalos sexuales de su padre, Peter Graf, habían invocado. "Necesitaba ganar, sentir de nuevo la sensación del éxito para cambiar mi estado de ánimo. Dudaba de mí. Ahora todo es distinto", comentó la campeona. Concluida ya la incomparable era de Martina Navratilova y con Mónica Seles en paradero desconocido, Graf vuelve a reinar.El partido fue de una generosidad extrema, no tanto en los aspectos técnicos como en los emotivos. Fue ganando en emoción a medida que transcurrieron los juegos. A lo largo de ellos, cada jugadora vivió en el límite de sus respectivas carencias: el servicio en la argentina y el revés en la alemana. El primer set fue para Graf, a pesar de que ésta acusó un exceso de nervios en el segundo juego, cuando, inesperadamente, cambió de raqueta. Sin embargo, la blandura en el saque de su rival le permitió gobernar la manga con su drive, hacia el que consiguió mover casi todas las pelotas. Así, logró la primera ruptura en el quinto juego, suficiente para llegar a los 33 minutos con 6-4.

Momentos electrizantes

El segundo set fue otra cosa. Cinco pérdidas de servicio alternativas precedieron al triunfo parcial de Sabatini (3-6). La argentina, en una apuesta temeraria pero efectiva, dedicó todo su juego a presionar el revés de Graf, que comenzó a cometer muchos errores.La última manga llevó el partido a su momento más electrizante. Tras dos rupturas de cada jugadora se llegó al noveno juego, momento a partir del cual comenzó otro partido. Graf, muy nerviosa, cometió dos dobles faltas que concedieron el juego y el break a su rival (5-4 para Sabatini y servicio en su poder). El partido parecía sentenciado, pero Graf, en una reacción soberbia, recuperó su saque. Esta circunstancia volvió a repetirse en los dos juegos siguientes, hasta el 13. La alemana mantuvo su saque, hasta conseguir, sobre el servicio de la argentina, su primer y único match-point. No necesitó más.

La explosión de júbilo de Graf fue impresionante. Levantó el brazo hacia el palco donde se encontraban su entrenador, Pavel Slozil, y sus padres. Después, corrió hacia su silla y allí comenzó a llorar, algo no habitual en ella. Siguió llorando y moviéndose sin parar hasta que los Duques de Kent le entregaron el preciado trofeo mientras Lady Diana, la princesa de Gales, sonreía desde el palco real. "Ahora me siento en paz con todo. Nunca he sentido mejor mi cuerpo ni tan feliz mi mente", comentó, eufórica, la alemana.

En la final de dobles, Fitzgerald (Australia) y Jarryd (Suecia) vencieron a Frana (Argentina) y Lavalle (México) por 6-3, 6-4, 6-7 (7-9) y 6-1.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_