España juega con Italia un puesto en la final

España disputa esta noche la semifinal del Europeo frente a Italia (20.40 horas, La 2) después de haber ofrecido pocos momentos de buen juego en los tres partidos de la primera fase. Los italiano tampoco han deslumbrado, pasando enormes apuros para vencer a griegos y franceses. En la otra semifinal, Yugoslavia jugará frente a Francia, que ha eliminado a los griegos, los actuales subcampeones europeos, que se convierten en la gran decepción del torneo Salvo en el caso de Yugoslavia, la calidad del juego exhibido en Roma no va a hacer historia.

Los pronósticos se han cumplido en un 75%. Yugoslavia, Italia y España han logrado un sitio en las semifinales y sólo la relajación griega en su partido ante Checoslovaquia ha permitido que Francia acceda a la lucha de las medallas por primera vez desde hace 30 años. Grecia, después de llevar el partido totalmente encarrilado con una ventaja de 14 puntos, se dedicó a jugar para la galería y acabó perdiendo en la prórroga.El primer objetivo español está conseguido, aunque no se ha logrado de una forma vistosa. El juego no ha sido bueno y los cómodos encuentros frente a Bulgaria y Polonia se convirtieron en angustiosos y hubo que remontar importantes desventajas concedidas en los inicios de partido. El ataque y las pérdidas de balón han sido los grandes problemas técnicos del juego español. Las maniobras ofensivas han pecado de escasa fluidez y el exceso de rigidez ha tenido como resultado casi 15 balones perdidos por encuentro. La defensa, aun siendo inconstante, ha posibilitado los escasos buenos momentos.

Como notas positivas en cuanto a individualidades hay que apuntar hacia Antonio Martín, máximo reboteador del campeonato con 36 capturas. Antúnez es el base que ha imprimido mejor ritmo al equipo, y Cargol, sin contar todavía con toda la confianza por parte de Díaz Miguel, ha funcionado bien como revulsivo. Epi, siendo fundamental, acusa físicamente los esfuerzos diarios, y Villacampa todavía mantiene cierta irregularidad.

Irregularidad italiana

Pero si España no está haciendo un buen campeonato Italia tampoco puede sentirse especialmente satisfecha, salvo por sus tres victorias. En las dos primeras -Grecia y Francia- la esperada ayuda arbitral hizo acto de presencia y echó una mano para remontar ambos encuentros. Sobre todo el primer día, el ruso Davidov, que hacía pareja con Sanchís, se ganó el aprecio popular con su descarada parcialidad.Árbitros y ambiente aparte, el juego italiano sigue respondiendo a sus cánones habituales. Dura defensa, mucho control en la transición ofensiva y dificultades en ataque. Han sido los anotadores menos prolíficos de su grupo con 259 puntos -86 por partido-, aunque superan los 76 de España. Gentile, Riva, Dell'Agnelo, Magnífico y Rusconi forman su quinteto base, con Brunamonti, Pittis, Costa y el carismático Premier como primeros reservas.

En la otra semifinal las cosas están bastante más claras. Yugoslavia lleva una media de 24 puntos de diferencia sobre sus rivales, y eso que juegan casi todos. Su defensa es excelente -63 puntos en contra por encuentro- y Kukoc, Divac y Radja forman día tras día la tripleta mágica. Los acontecimientos en su país no parecen afectarles de momento, y van derechos hacia la medalla de oro.

La sorpresa francesa

Como rivales de los campeones, la única sorpresa del campeonato. Francia supo resistir el ataque a la desesperada de los griegos, que necesitaban vencerles por 17 puntos, y aprovecharon a la perfección el regalo checoslovaco. El técnico Jordañe ha formado la mejor selección de los últimos tiempos y hasta el momento se comportan con gran disciplina. Vencieron con holgura a los checoslovacos, cayeron por sólo tres puntos frente a los anfitriones, y con Grecia jugaron en todo momento con el marcador.La base del equipo no ha cambiado mucho -Dacoury y Ostrowsky- recuperando a un veterano importante -Szaniel- y aportando la juventud y calidad de Rigaudeau, la nueva estrella francesa. Habrá que esperar para comprobar si Francia es conformista o si mantiene su espíritu ambicioso y lucha por las medallas, para lo que puede encontrarse en el camino español.