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Las motos siembran el pánico en la Castellana

Las patrullas disponibles de la Policía Municipal salieron en la madrugada de ayer en dirección a la Castellana, donde grupos de motoristas incontrolados creaban situaciones de riesgo. Varias pandillas de moteros, de las decenas de miles que se habían congregado en la ciudad por la celebración del Gran Premio de Europa en el Jarama, montaron un circuito improvisado desde Atocha a Cuzco, que requirió la presencia policial por la temeridad de los conductores de los vehículos de dos ruedas. Un peatón fue atropellado por un motorista, que se dio a la fuga después.

La llegada masiva de decenas de motos provocó situaciones de pánico entre viandantes y conductores, según fuentes de la Policía Municipal, que, sin embargo, no llegó a efectuar detenciones. "Por incapacidad númerica, nos vimos obligados a limitarnos a apaciguar los ánimos", reconoce un portavoz del cuerpo de seguridad local.Desde la una hasta las cinco de la madrugada del domingo, la arteria principal de Madrid, que conduce a la incorporación a la carretera de Burgos y al circuito del Jarama, fue escenario de cabriolas sobre una rueda y rugidos de máquinas que desaparecían en el horizonte en segundos, según declararon testigos presenciales. "A la altura de Cuzco había una concentración de motoristas; podrían ser unos 100. De vez en cuando, salía un grupo a. toda velocidad. La gente que iba conduciendo les insultaba cuando veían cómo se cruzaban. Hubo varios conatos de peleas", explicaba un joven de 29 años.

"De repente aparecían 50 motoristas en grupo serpenteando entre los coches, saltándose semáforos y haciendo alarde de la potencia de sus máquinas: daba miedo verlos", declaraba otro de los automovilistas que alrededor de la una de la madrugada tuvo que atravesar la Castellana.

Sobre una rueda

Ángel, un estudiante de 21 años, también presenció cómo la Castellana estaba "como si fuera una carrera del Jarama". Y añade: "Hacían cosas de película con las motos, poniéndose sobre una rueda. Algunos iban sin casco:".

Decenas de vehículos policiales y ambulancias hacían sonar sus sirenas, mientras se cortaban las entradas al carril central para impedir "males mayores". Mientras tanto, el improvisado público -aislado en las isletas laterales- alentaba las piruetas y aplaudía.

Antonio L. S., de 32 años, fue atropellado a las tres de la madrugada por una motocicleta a la altura del número 12 de la Castellana. Alrededor de las4.45 de la madrugada, el motorista Gonzalo A. S. derrapó a la altura del número 18 de la misma vía. Dos conductores de motocicletas fallecieron esa misma madrugada en Madrid y otros tres resultaron con heridas de diversa consideración. El primero de los accidentes se produjo en la calle de Los Yébenes, cerca del Parque de Aluche, cuando Aurelio Porras Blanco colisionó contra un turismo que circulaba correctamente. El motociclista salió despedido por los aires y chocó contra el suelo. El conductor del turismo dio negativo en la prueba de alcoholemia.

El segundo accidente mortal ocurrió pasadas las cinco y media en el barrio de la Alameda de Osuna, cuando Armando Montero Granjel, de 21 años, perdió el control de la moto que conducía y murió tras haber derrapado. El vehículo le arrastró varios metros.

En la misma madrugada, los dos ocupantes de una motocicleta de gran cilindrada y otro motorista fueron ingresados con heridas de diversa consideración, después de caer de sus motos en la avenida de Ámerica y en el distrito de Moncloa, respectivamente.

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Atascos de 25 kilómetros y tres coches calcinados a la salida del Jarama

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La competición de motos de ayer -el único gran premio mundial que se celebra a tan escasa distancia de una capital- provocó que, a las 16.30, cuando finalizó la carrera, se formaran colas de coches y motos de hasta 25 kilómetros, y retenciones que superaron la hora y media de duración.

Motos de todos los colores y gafas de todas las marcas se distinguían a ambos lados de las filas de vehículos, agobiados por el tráfico y el calor, que ayer alcanzó los 35 grados de temperatura máxima.

Tres vehículos que estaban aparcados en un campo cercano a la carretera de Burgos quedaron carbonizados minutos antes de las cinco de la tarde por el efecto de un petardo que unos jóvenes peatones lanzaron desde las inmediaciones, informa Javier Barrio.

Los bomberos de Alcobendas tardaron más de 30 minutos en llegar al lugar del incendio debido al atasco histórico. Los tres vehículos, un Ford Fiesta, un Seta Ibiza y un Renault-5, quedaron carbonizados, pero no así otros siete turismos aparcados en las inmediaciones, que pudieron ser retirados tras romper los cristales de sus ventanillas.

Antes del que comenzará la carrera a las 11.30, también se produjeron embotellamientos y circulación lenta durante media hora en la carretera de Burgos, algunos de cuyos tramos se encuentran con obras. Sin embargo, la vía alternativa establecida por Tráfico mantenía un tráfico fluido a esa hora.

Locos por las motos

Unos 125.000 espectadores se desplazaron hasta el circuito del Jarama, a unos 25 kilómetros de Madrid, para presenciar la carrera. Desde el viernes, más de 500 tiendas de campaña fueron instalándose en los alrededores de la pista de competición.

Madrid se fue llenando de motoristas que recorrieron con tranquilidad las calles durante todo el fin de semana, hasta que en la madrugada anterior a la gran carrera, la Castellana se vio ocupada por pandillas aisladas de moteros que crearon situaciones de peligro y causraon un atropello.

Uno de los espectadores pacíficos de la competición, Manuel Nández Nicolás, de 20 anos, que había viajado desde Cartagena hasta Madrid para ver a sus ídolos motorizados, declaraba: "El ambiente de las motos no es de rivalidad, como el fútbol; somos una gran familia". Todo este peculiar clan quedó atrapado desde las 16.30 hasta más allá de las seis de la tarde en un espectacular atasco en la carretera de Burgos, en el que hasta los vehículos de dos ruedas tenían dificultades para avanzar.

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