El PSOE pierde las alcaldías de Sevilla y Valencia tras pactar el Partido Popular con los regionalistas

El PSOE va a perder definitivamente las alcaldías de Sevilla y Valencia tras los acuerdos que se alcanzaron ayer en ambas ciudades entre el Partido Popular y las formaciones regionalistas: Partido Andalucista (PA) en el primer caso, y Unión Valenciana (UV) en el segundo. Alejandro Rojas Marcos (PA) será alcalde de Sevilla, y Rita Barberá (PP), de Valencia. En el País Vasco, los socialistas y el PNV llegaban a un compromiso para gobernar las diputaciones y las tres capitales de provincia. En Vigo, la renuncia del candidato del PSOE, Manuel Soto, desbloqueó el pacto entre socialistas y nacionalistas.

El andalucista Alejandro Rojas Marcos será el próximo alcalde de Sevilla. El comité nacional del PA dio ayer el visto bueno a un pacto de gobierno con el PP que, sin embargo, no se concretará hasta el mismo día de la sesión de investidura. Los andalucistas, que admiten que este acuerdo puede volverse en su contra, como sucedió tras el pacto con la UCD para el desbloqueo del proceso autonómico, insistirán ante su electorado en que el acuerdo es puntual y no significa un giro hacia la derecha, informa Lourdes Lucio.Los nueve concejales logrados por el andalucista Rojas Marcos y los ocho del PP dejarán fuera de la alcaldía al socialista Luis Yáñez, que obtuvo en las pasadas elecciones 12 ediles, uno menos que en 1987. Yáñez pasará de la secretaría de Estado para la Cooperación Internacional a jefe de la oposición municipal.

En la sede socialista de Sevilla, informa Pablo Ordaz, no hubo anoche reacciones y esperarán hasta hoy para pronunciarse sobre el pacto que deja al PSOE sin su Ayuntamiento más emblemático. Hoy viernes, populares y andalucistas acordarán un programa de gobierno municipal sobre asuntos como la seguridad ciudad, el metro, la creación de viviendas sociales, la lucha contra la droga o la Exposición Universal de 1992, temas en los que ambas formaciones coinciden sustancialmente. Este compromiso se concretará en un pacto de coalición, con reparto de concejalías, el mismo día de la investidura de Alejandro Rojas Marcos como alcalde.

De esta forma Soledad Becerril y Alejandro Rojas Marcos eluden modificar sus posiciones iniciales, ya que mientras que la ex ministra exigía un pacto previo con luz y taquígrafos a cambio de los votos, Rojas Marcos pedía el apoyo de los concejales del PP antes de formalizar la coalición municipal.

Pese a que Rojas Marcos reconoció días atrás que el acuerdo con la derecha podría ser perjudicial para los andalucistas -"el abrazo de la muerte", lo calificó-, fuentes de este partido aseguran que el PA está actualmente en condiciones de explicar a su electorado que el pacto de Sevilla es exclusivamente puntual y que no significará un giro hacia la derecha, versión en la que insistirán los socialistas, según han reconocido fuentes del PSOE.

Sin embargo, el pacto tendrá un coste para el PA. El presidente del partido y alcalde de Jerez, Pedro Pacheco anunció anoche a Efe que el lunes presentará su dimisión como presidente del PA. "Si Pacheco se sitúa al margen es su problema personal" le respondió el secrtario del partido, Salvador Pérez Bueno. La oposición de Pacheco al pacto no ha sido suscrita por la práctica totalidad del Partido Andalucista, que ha cerrado filas en torno a Rojas Marcos.

En Valencia, el PP alcanzó ayer un acuerdo con Unión Valenciana (UV) que permitirá que la candidata popular, Rita Barberá, sustituya al frente delAyuntamiento de Valencia a la socialista Clementina Ródenas. El pacto supone un reparto del poder municipal, aunque Unión Valenciana mantiene su postura de no entrar en el gobierno municipal al negarse el PP a un reparto de la alcaldía por dos años con los regionalistas.

Acuerdo en el País Vasco

Mientras, las conversaciones mantenidas en los últimos días entre representantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) culminaron anoche con un pacto para gobernar las diputaciones de la Comunidad Autónoma Vasca, así como en los ayuntamientos de las tres capitales. El acuerdo obligará a Euskio Alkartasuna a perder en Guipúzcoa el poder que ostentaba en la Diputación foral y en el Ayuntamiento de San Sebastián, informa Aurora Intxausti.

El pacto permitirá al candidato del PNV a la presidencia de la Diputación, Eli Galdos, ocupar el sillón del palacio foral de Guipúzcoa, en la provincia en la que en 1986 el PNV sufrió la mayor pérdida de votos tras las escisión. Y el bastón de mando de San Sebastián será asignado al socialista Odón Elorza.

A falta de ultimar algunos puntos, Herri Batasuna pierde doce alcaldías en Guipúzcoa, lo que le supone a esta formación política gobernar sólo en pequeños municipios de la provincia.

Dimisión forzosa en Vigo

La renuncia del socialista Manuel Soto como candidato a la alcaldía de Vigo, unida al abandono del cargo de concejal, abrió la posibilidad de un pacto para un "Gobierno de progreso" integrado por socialistas y nacionalistas de izquierda. La renuncia de Soto, después de 12 años ininterrumpidos en la alcaldía, permite al PSOE continuar gobernando la ciudad. El PP cuenta con 13 concejales en una corporación de 27 miembros. El candidato del PSOE,a la alcaldía de Vigo, según informa Xosé María Palmeiro, será ahora el número dos de la lista, Carlos Príncipe.

A la hora de redactar esta información continuaban por cuarto día consecutivo las conversaciones entre los representantes de los tres grupos decididos a formar Gobierno: el Partido dos Socialistas de Galicia-PSOE, con 11 concejales; el Partido Socialista Galego-Esquerda Galega (PSG-EG), con dos, y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) con uno.

El PSG-EG planteó la exigencia de que Soto no fuera alcalde desde el primer momento, como condición para la negociación de cualquier acuerdo. Se trataba, según Esquerda Galega, de "un primer paso necesario para acabar con la corrupción política.

En un principio, Soto y la dirección del PSOE expresaron su rechazo frente a lo que calificaron de "chantaje" por parte del PSG-EG, pero en la segunda jornada de conversaciones Soto aseguró ya que estaba dispuesto a marcharse.