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Faldo y Woosnam apuestan por Ballesteros en Chaska

/ Madrid Severiano Ballesteros afronta hoy el comienzo del Open de Estados Unidos, la segunda prueba anual del Grand Slam del golf, como el gran favorito. El número uno mundial por puntos, el galés lan Woosnam, reciente ganador del Masters de Augusta, y su predecesor en ambos aspectos, el inglés Nick Faldo, no vacilan al calificar al español como "el jugador del momento". El resurgimiento de Ballesteros ha relegado en los pronósticos a José María Olazábal, quien, además, se ha presentado en Chaska (Minnesota) sin haber solucionado sus últimos problemas con los golpes largos.

Aunque sus compañeros en las dos primeras andaduras, los norteamericanos Craig Stadler y Larry Mize, pueden presumir de ser los respectivos vencedores del Masters de 1982 y del de 1987, Ballesteros ha de ser el inequívoco protagonista desde la perspectiva de los aficionados. Lo espectacular de su transformación así lo exige. Alguien que es capaz de enterrar su crisis con un tercer puesto, en lbaraki; un primero, en Nagoya; un segundo, en Madrid; un primero, en Wentworth; un primero, en Woburn, y un quinto, en Harrison, debe ser, sin duda alguna, el gran favorito. Faldo y Woosnam se han apresurado a designarle como tal. "Es quien está en mejor forma", ha reconocido aquél. "Estoy viendo de nuevo al viejo Sevvy; ha recuperado su confianza y su agresividad, por lo que tiene más posibilidades que nadie", ha explicado éste.Por descontado, Ballesteros es también el centro de atención de los periodistas estadounidenses, algunos de los cuales creían meses atrás que su hundimiento era poco menos que definitivo. Los comentarios en torno a su transfiguración son variados. Pero la mayoría coincide en que su nuevo driver de cabeza metalizada ha modificado su actitud mental. "Su uso se ha generalizado. Así que no podía continuar siendo el tonto del pueblo. La pelota vuela más baja y, al caer, rueda más y llega más lejos", ha reiterado en estos días el cántabro, en principio contrario a ese material, para concluir: "Ahora soy mejor golfista que antes porque he aprendido que, a veces, este deporte es muy cruel".

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