Los Bulls, por primera vez en la final

Amanece un nueva época en Chicago, donde el baloncesto y Michael Jordan cumplen con su destino. Los Bulls han conseguido una final de Liga por primera vez en sus 25 años porque por fin han podido jugar a la altura de su gran estrella. Antes era Jordan quien decidía, ahora son todos, y tan sólo si es necesario remata Jordan. Es un equipo que ha aprendido a ganar y lo ha mostrado en este play off de manera contundente. Es muy posible que la NBA esté presenciando el nacimiento de un nuevo campeón.

El baloncesto se juega en Chicago sin cesar, sin misericordia y sin solución alguna para el rival. Los Bulls eliminaron a los campeones Pistons de Detroit en el mínimo de cuatro partidos. En lo que va de play off ha perdido un encuentro en 12 jornadas. La estadística más impresionante e increíble de la eliminatoria ante los Pistons fue que Detroit tan sólo disfrutó de la ventaja durante siete minutos y 42 segundos de los 192 que se jugaron."Esta serie es fácil de explicar", afirmó Chuck Daley, entrenador de Detroit. "Fueron el mejor equipo. Cualquier club que puede dominarnos de esa manera merecen estar en la final".

Chicago era un equipo superior pero nadie, ni siquiera el mismo Jordan, esperaba un resultado tan fácil. Los Pistons, campeones en 1989 y 1990, estuvieron limitados por las lesiones de sus estrellas como Isiah Thomas y Joe Dumars.

El lunes en el cuarto y último partido los Bulls llegaron a sacar una ventaja de 25 puntos en el cuarto tiempo antes de ganar 94-115. "Hicimos nuestro trabajo", declaró Jordan. "Sabíamos lo que queríamos, mantuvimos nuestra concentración y lo conseguimos. Sabemos lo que nos falta y no estamos satisfechos con eliminar a los Pistons".

Fue la primera eliminatoria que Detroit pierde desde la final de 1988 y su final fue en ciertos aspectos innoble. Los Pistons intentaron continuamente incitar a sus rivales con faltas excesivamente duras. El alero Dennis Rodman y el pívot Bill Lambier debieron hacer sido expulsados, pero por ser un partido de play off los árbitros hicieron la vista gorda. Los Pistons empezaron a abandonar la cancha cuando aún faltaban ocho segundos de partido, obligando a que los árbitros pidieran un tiempo muerto y el partido finalizara con los Bulls solos en la cancha. Parte de los atributos de un campeón es la arrogancia y los Pistons la mantuvieron hasta el último instante.

"Si no hubiéramos hecho nada entonces sería triste", declaró Thomas, máximo anotador de los Pistons en el partido con 16 puntos. "Pero esto no es un cuento triste. Hicimos historia. Nos aprovechamos de cada oportunidad. No hay razón por la que arrepentirse".

Jordan sumó 29 puntos y acabó la serie con una media de 31. Pero el espectáculo no fue sólo suyo, el alero Jerry Pippen, que se ha convertido en un pequeño Jordan, contribuyó con 23 puntos y 10 asistencias. El esquema ofensivo de Chicago junto con una defensa hermética ha dado como resultado una combinación casi imbatible. Los Knicks de Nueva York no pudieron con ellos. Tampoco los 76ers de Filadelfia ni los Pistons. Si alguien logra derrotarlos, merecerá ser campeón de la NBA.