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El síndrome de la inauguración precoz

La Comunidad y el Ayuntamiento rivalizan por obras que los vecinos rechazan

Javier Casqueiro

El Ayuntamiento y la Comunidad han rivalizado en las últimas semanas en adelantar plazos y apurar peonadas con el fin de inaugurar todo lo que se cruzaba en sus planes antes del día 26, es decir, la fecha fijada para la celebración de las elecciones municipales y autonómicas. Este síndrome de la inauguración precoz ha chocado, en dos de las obras más recientes y significativas, plaza de Castilla y carretera de las Musas, con el rechazo de los vecinos directamente afectados.

El alcalde y prácticamente todo su equipo de Gobierno acudieron el viernes de la semana pasada a la puesta en funcionamiento del proyecto por antonomasia de los dos años de la legislatura presidida por el centro-derecha: el túnel de la plaza de Castilla. El montaje de la fiesta se pudo aguar por la intervención, in situ y pancarta en mano, de una vocal de la asociación de vecinos que recordó a viva voz los malestares que esta gran obra han ocasionado en el año que se ha tardado en concluir.La terminación de este subterráneo, que reduce las retenciones y atascos en la zona, se adelantó ocho meses a cambio de trabajar en tres turnos, provocar ruidos y eliminar un paso de cebra en el cruce de la calle del General Aranda con el paseo de la Castellana. Esta supresión genera una situación de peligro. Los vecinos, que se han manifestado cortando el tráfico de superficie en la plaza., denuncian que el siguiente paso de cebra está a medio kilómetro de distancia.

El concejal de Obras e Infraestructuras, Enrique Villoria, esperó hasta el pasado 9 de mayo para firmar con carácter de urgencia la tramitación de una pasarela de peatones que podría resolver estos problemas.

En pie de guerra están también por una pasarela los vecinos de San Blas, sobre todo aquellos cuyas viviendas limitan con la nueva carretera de Coslada. La Comunidad preparó el corte de la cinta de este acceso para el pasado lunes, con dos meses y medio de antelación sobre el plazo fijado, pero, aunque las autoridades y las tijeras estaban en su sitio, no ocurría lo mismo con algunos detalles olvidados.

Carretera de las Musas

Los vecinos reclaman desde hace meses una pasarela que comunique su barrio con la estación de metro de las Musas, obra que debía realizar el Ayuntamiento. Ni el lunes, cuando fue inaugurada, ni el miércoles, cuando se intentó sin éxito abrirla al tráfico, la pasarela estaba en su lugar.La Dirección Regional de Carreteras no ha convencido a los interesados de que, mientras el Ayuntamiento se hace cargo de este pequeño proyecto, presupuestado en 68 millones, se puede controlar la circulación por medio de semáforos, bandas rugosas y barreras protectoras. La asociación de vecinos ha tomado la reivindicación como propia, y mantiene en la brecha, interrumpiendo la calzada, a 200 personas que han parado las máquinas y a los que el concejal del distrito, Miguel Cantos, no logra reducir con buenas palabras.

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Cantos asegura que la Comunidad se ha apresurado para favorecer los intereses políticos del alcalde de Coslada, la población más beneficiada por esta obra, que a la carretera le faltan bastantes cosas para estar lista y que si se le conceden tres meses la pasarela estará terminada.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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