Las cuentas de la Telefónica

Es dificil pronunciarse sobre la procedencia o la improcedencia de la última subida de fas tarifas telefónicas, pues los usuarios de este servicio carecemos de datos sobre los costes de la explotación. Pero de lo que no hay duda es de que el incremento sufrido por las mismas es inusual por su cuantía. Por más que las autoridades económicas y las de la Compañía Telefónica intenten dorarnos la píldora, es muy probable que al sufrido usuario del teléfono se le dupliquen los próximos recibos.Asombra que en la coyuntura económica actual, en la que se están recortando las alegrías presupuestarias, se multiplique por dos el precio de un servicio que como el de la Telefónica no destaca por su eficacia. Pero lo que asombra más es que al efectuar la exposición pública de la subida se hayan utilizado profusamente subterfugios y medias verdades. Por más que la persuasiva sonrisa de José Borrell haya querido convercernos de que tal subida tenga un carácter social, no se ve por ninguna parte.

Y como ante la tozudez de las cifras huelgan las lucubraciones, vemos un cuadro comparativo de las tarifas anteriores al 15 de abril del presente año y de las que ya están en vigor a partir de tal fecha. Aunque una explicación del primer cuadro no es necesaria, digamos, para los alérgicos a los números, que hasta ahora las conferencias urbanas se tarifaban con un paso de contador cada tres minutos; ahora son tres pasos, y uno más cada tres minutos o fracción. Como desde el inicio de la llamada se marcan los tres pasos citados, sea cual sea el tiempo durante el que se habla -entre un segundo y tres minutos, claro está-, es obvio que las llamadas que no excedan de dicho periodo son las que resultan más gravadas por la subida. Cuando se consumen más periodos de tres minutos, esta especie de cuota fija se va diluyendo, razón por la que el aumento es proporcionalmente menor cuanto más larga es la conversación. El resultado es que las conferencias de duración menor de tres minutos experimentan una brutal alza del 200% o del 300%, si ustedes quieren.

En cuanto a las conferencias interurbanas, es düicil establecer una comparación coherente entre las que se tarifaban de acuerdo con los precios anteriores y las que se regulan con los nuevos, ya que se han modificado los ámbitos territoriales que influyen en el precio de las conferencias.

Antes había una tarifa para distancias inferiores a 100 kilómetros y otra para las superiores; ahora sólo hay un ámbito provincial y otro nacional, pero también tenemos la cuota fija en cada llamada: cuatro pasos de contador. Esto hace que, por más aclaraciones que nos endilgue José Borrell, las conferencias interurbanas sean también más caras ahora que antes. Sólo el llamar costará ya 15,60 pesetas, cifra a la que los usuarios se servirán añadir un 12%.

Para traducir a dinero los datos comprendidos en el segundo cuadro basta que el lector multiplique el total de pasos de cada apartado por 3,90 pesetas (o por 4,37 si se incluye el IVA).

Y no es lo más indignante que un producto comercial suba el 300%, el 200% o el 50%, según los casos, sino que los argumentos empleados por la Compañía Telefónica y por las autoridades económicas del Gobierno para presentar esta anómala subida hayan siempre navegado entre la oscuridad y la omisión de datos. Un posible cahier de doléances dirigido a la Telefónica -y al que nadie va a hacer caso, por supuesto- sería el siguiente.

1. Telefónica ofrece el dato de valoración del paso de contador a 3,90 pesetas, y así se han hecho los presentes cálculos, cuando en realidad hay que añadir un 12% de IVA.

2. Se ha presentado esta última subida como si repercutiera más en empresas y oficinas, lo que no es cierto, al menos en cuanto a las conferencias interurbanas a partir de las cinco de la tarde, que es más natural que se produzcan en el ámbito familiar que en el comercial.

3. Telefónica, en un anuncio aparecido en la prensa, minimiza el incremento de tarifas en las conferencias urbanas diciendo algo así como que "ese pretendido aumento del 100% se reduce a 7,80 pesetas". Curiosa forma de interpretar las matemáticas. Por muy reducida que sea la cifra, no deja de ser del 100% ni de tener que multiplicarse por el total de llamadas urbanas.

4. En los datos que muy esquemáticamente ofrece la Compañía Telefónica a sus usuarios hay una ambigüedad implícita en el hecho de que se comparan magnitudes que no son homogéneas. La antigua clasificación, por ejemplo, de distancias menores a 100 kilómetros no tiene equivalente en las nuevas tarifas, pues el ámbito provincial cubre, forzosamente, menos superficie. Habrá usuarios que resulten perjudicados o beneficiados según datos difícilmente mensurables.