Mark Spitz decepciona en su retorno a la competición
El mito olímpico Mark Spitz, joven de mente pero viejo de cuerpo, realizó un tiempo decepcionante en su debú 19 años después de retirarse, en una carrera especial de 50 metros mariposa frente al velocista Tom Jager, realizada ayer en Misión Viejo (California). Spitz logró una marca de 26,70 segundos, casi dos más que Jager y uno más, según dijo, del tiempo que realizó en sus entrenamientos en los cuatro días anteriores. Jager, campeón del mundo y plusmarquista en los 50 metros libres, hizo 24,92 segundos, por lo que recibió 20.000 dólares. Spitz recibió 10.000.Cuando Spitz logró siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972 hizo un tiempo de 54,27 segundos en los 100 metros mariposa. 19 años más tarde no pudo igualar ese ritmo. Le traicionaron dos cosas: un ataque de nervios y una salida muy pobre. Mostró buena técnica, pero no tuvo soltura para alcanzar a Jager, quien rápidamente le sacó un cuerpo de ventaja y lo mantuvo hasta el final.
"En los entrenamientos he hecho un segundo menos y con más facilidad. No lo entiendo", declaró Spitz. "Yo pensé que iba a realizar un tiempo alrededor de los 25 segundos, pero no esperaba nadar un segundo más lento. Me puse nervioso y no me tranquilicé hasta el final. Fue una salida rápida. Esperaba una salida rápida, pero no tan rápida", añadió.
Posiblemente Spitz se emocionó con la ovación del público al salir a la piscina. Cuando hizo historia en Múnich, se convirtió en una figura de pósters y en un auténtico mito, pero nunca fue muy querido por su carácter frío y porque los Juegos Olímpicos de Múnich fueron capitalizados por la matanza de los deportistas israelíes.
Controlar emociones
"Sólamente he ensayado mis salidas durante un mes", comentó Spitz, "pero también tengo que controlar mis emociones. Yo no iba a tirarme al agua al salir a la piscina hasta que vi a Tom. Me sentí tan emocionado que pensé que esto me ayudaría".La diferencia entre los dos nadadores fue obvia desde un principio. Jager, como todo nadador moderno, usa gafas y gorro. Spitz vistió tan sólo su traje de baño. Tampoco lució su famoso bigote, que se afeitó por las canas. Como una concesión a la edad, también se tiñe el pelo.
Spitz nadó lo suficientemente rápido para evitar fácilmente una diferencia de tres segundos que hubiera anulado su próxima competición, otra carrera de 50 metros mariposa frente al campeón olímpico Mat Biondi. Esta se realizará en la misma piscina con 25.000 dólares de premio para el ganador. Spitz no busca el dinero, sino una garantía de que su sueño de volver a ser nadador olímpico puede ser real.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.