_
_
_
_

Woosnam, líder del Masters con tres golpes de ventaja sobre Olazabal

El Masters de golf de Augusta vivirá de nuevo hoy su tradicionalmente apretadísimo recorrido final. Cinco jugadores lo afrontarán en el pañuelo de los cuatro golpes de diferencia: el galés lan Woosnam, el líder, con 205 (72, 66 y 67); el norteamericano Tom Watson, con 206 (68, 68 y 70); José María Olazábal (68, 71 y 69) y el también estadounidense Lanny Wadkins (67, 71 y 70), con 208, y el hombre de casa, Larry Mize, con 209 (72, 71 y 66). El inglés Nick Faldo, el defensor del título, reaccionó y lleva 212, mientras que Severiano Ballesteros, que también se centró más, suma 214 y ocupa la 28ª posición.

Woosnam es desde el pasado fin de semana el líder mundial por promedio de puntos (17,91) en el trienio. Pero las reticencias seguían girando en su derredor. Harto de ellas, de que se le cuestionase por no haber inscrito su nombre, a sus 33 años, en el Grand Slam, se empinó desde su pequeña estatura para calificarse como "el mejor" después de imponerse en marzo en el torneo de Nueva Orleans (Luisiana). Sin embargo, sus palabras sonaron a rabieta de niño malcriado que reclama la atención, los mimos, de quienes le rodean. Entonces comprendió la imposibilidad de convencer a la mayoría de su presunta condición de número uno sin poseer un título grande, como el Masters.Excepto su bogey (un golpe más del par) en el hoyo 18, casi todo le salió bien ayer. Incluso, la ley de las compensaciones. En el 12, por ejemplo, hubo de conformarse con el birdie (un golpe menos del par) porque la pelota no rodó media vuelta más hasta el eagle (dos golpes menos del par). Pero justamente en el anterior, el 11, había hallado el birdie cuando, suspendida al borde del agujero, parecía haberle condenado al par. Como quiera que fuese, no cometió más que un error, el final, en su andadura. Caminó con potencia y seguridad y firmó una tarjeta de 67, sólo peor que la de 66 de Mize, gracias a sus otros birdies en el 7, el 8, el 12 y el 13. Hoy podría ser ese día que lleva persiguiendo durante tantas temporadas.

Pero no debe fiarse. Entre otros, van a acosarle Watson, con uno de desventaja; Olazábal y Wadkins, con tres; Mize, con cuatro, y Floyd, con cinco. Wat son (68 con cuatro birdies y dos bogeys) trata de emerger de las profundidades psicológicas en que le sumió Ballesteros cuando en 1984 cortó en Saint Andrews su racha triunfal en el Open Británico. Olazábal (69 con seis y tres) también ambiciona entrar en el Grand Slam a sus 25 años y, al margen de su excelente forma dispone de un factor favorable en el detalle de no jugar el último partido, el más presionante.

Solidez

Olazábal evidenció una vez más su solidez. Pese a su revés del 5, un bogey, se sobrepuso. Así, blandiendo su putter con confianza, enlazó cinco birdies desde el 7 al 11, en el que se colocó momentáneamente en cabeza con Watson. Pero en el 12 se pasó del green y no pudo eludir el bogey. Reaccionó con otro birdie en el 13. Pero, paradójicamente, tropezó luego en el bogey menos esperado, el del 15, en el que su pelota se fue a la arena. "No me atrevo a hacer un pronóstico", comentó; "lo único que pido es que me funcione el drive".Hasta Ballesteros dijo que va a jugarse "el todo por el todo". Ayer estuvo más entonado y sus tres birdies en el 2, el 14 y el 15 por ningún bogey animaron su semblante. Su espíritu de luchador se ha reavivado. El ha sido quien más veces ha estado cerca de la victoria en el Masters desde la última que lograse, en 1983. "Augusta se encuentra en deuda conmigo", suele decir. Es posible que hoy le pague algo de ella no con un nuevo éxito, sino devolviéndole la fe perdida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_