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El Real Madrid fulminó al Joventut

Robert Álvarez

El Real Madrid resurgió anoche. El espectacular golpe de efecto que propinó es de los que afirman el orgullo de un campeón que pasa por una profunda crisis. Se clasificó para la final de la Copa Korac tras remontar los cuatro puntos de desventaja (71-75) que acumuló en su pista y apeó de la competición a su actual titular, el Joventut.El camino de los dos semifinalistas es directa y proporcionalmente inverso. El Madrid resurge, el Joventut confirma y ahonda su bache. El Madrid empieza a mostrar un juego convincente el Joventut resquebraja la bella maquinaria que mostró meses atrás.

Ignacio Pinedo, en su debú en el banco madridista, obró con audacia, con más de la que se podía presumir en un sexagenario apartado desde hace años del baloncesto. Sus inventos parecieron una extravagancia o una provocación. Situó a Biriukov como base, dejó a Llorente en la banda y brindó una oportunidad a Villalobos, que hasta ayer bien poco había dicho en el Madrid de esta temporada.

El resultado fue que Biriukov, en tan sólo tres minutos, sumó dos faltas y el Madrid perdió dos posesiones del balón, mientras que Villalobos, encargado de sujetar a Villacampa, sumó su tercera falta un minuto después. Pero la estrategia de un partido sólo se puede juzgar en un contexto general y Pinedo demostró con sus posteriores decisiones la validez de su propuesta: demostrar al Joventut y, sobre todo, a su propio equipo la ambición de sus pretensiones. Por ello, se mostraron válidas algunas soluciones, como las ya explicadas o como la de mantener en la cancha a Roberts y Martín con cuatro personales y muchos minutos por disputarse, desaprobadas por los más elementales manuales.

El Joventut actuó con la sensación contraria metida en el cuerpo. Denotó una inseguridad que emanó de las débiles prestaciones de algunos de sus mejores jugadores, como Rafael Jofresa y Ferrán Martínez, y se agrandó por la escasa fe que tiene depositada en su banquillo. Ruf y Tomás Jofresa apenas tuvieron ocasión de sudar y Pardo ni fue alineado.

No obstante, el conjunto verdinegro tomó la iniciativa y llegó a disponer de ventajas de hasta ocho puntos: 24-16 (m. 11). Pero no le resultó fácil. Roberts se constituyó en un bastión de la defensa madridista y obligó a los badaloneses a desandar algunos de sus pasos para intentar la canasta. Las genialidades de Pressley y los triples, cuatro casi consecutivos, rompieron, no obstante, la dura defensa blanca.

No se recató el Madrid en utilizar todos sus recursos, faltas incluidas, para frenar a su rival, especialmente a Villacampa. Gracias a ello y a la nulidad ofensiva de Ferrán y Rafael, el Madrid logró ralentizar el marcador local. Entre tanto, Herrera realizó interesantes aportaciones en apariciones milimétricamente estudiadas por Pinedo, lo que, junto al extraordinario partido de Cargol, permitió al Madrid irse al descanso con la eliminatoria igualada: 38-42.

Lo que sucedió a continuación ratificó esta dinámica. El Joventut actuó con la vacilación y los errores de quien lleva el miedo metido en el cuerpo. Incluso Villacampa realizó una nefasta serie de siete fallos. El Madrid tendió el puente hacia la victoria cuando se situó con ocho tantos de ventaja: 52-60 (m. 29).

Pese a la reacción de Villacampa, con cinco triples de otros tantos intentos, y pese a que bordeó el suicidio al sumar cuatro faltas Villalobos, Martín y Roberts cuando faltaban nueve minutos, el Madrid no bajó la guardia. Contestó a los alardes de Villacampa con la insolencia y la seguridad al completo de todos sus jugadores. Al respecto, no es despreciable el dato de que Biriukov, Cargol, Martín y Llorente obtuvieran triples en momentos decisivos, cuando el partido se decantaba a su favor.

A 1.40 minutos del final, el Madrid ganaba por nueve puntos, 69-78, después de que Thompson fallase un 1 más 1 tras un sospechoso apagón que obligó a interrumpir el encuentro durante más de 20 minutos. En el corto intervalo que restaba hasta el final se produjeron errores de todo tipo. El Madrid perdió el balón en tres ocasiones, el Joventut falló tres triples, Biriukov erró dos tiros libres y Villacampa desperdició una gran ocasión para poner la eliminatoria en franquía para su equipo, pero tropezó con Biríukov y los árbitros señalaron una discutible falta ofensiva a falta de cinco segundos.

Pero, en el reparto de, tanto error, no podía salir perJudicado el mejor, el Madrid. El Joventut volvió a decepcionar.

Copa Ronchetti

El Como, italiano, se clasificó para la final de la Copa Ronchetti, femenina, a costa del valenciano Dorna Godella, al que venció por 73-56 (en la ida había perdido por 13).

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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