Burrell batió dos veces, en 30 minutos de escándalo, el record mundial de 60 metros
El norteamericano Leroy Burrell demostró anoche en el Palacio de Deportes que las revanchas entre Carl Lewis y Ben Johnson ya no tienen tanto sentido a gran nivel atlético. Sólo el morbo. Este espléndido atleta de 1,90 metros de estatura y 78 kilos de peso, el mejor velocista ya el año pasado al aire libre, se aprovechó de la bondad de la pista del Palacio de Deportes para batir dos veces el récord del mundo de 60 metros bajo techo. Dejó primero en ridículo a un juez que no vio su meteórica escapada en la salida, e hizo 6.40 segundos, que fueron anulados posteriormente. Apenas 30 minutos después evidenció sus agallas de campeón al lograr 6.48 en la repetición de la carrera.
La pista central del Palacio ya ha demostrado bastantes veces que es muy apropiada para, las pruebas de velocidad. El récord mundial femenino de 60 metros lo superó precisamente en ella, en 1986, la pequeña holandesa Nellie Cooman (7.00). Burrell venía de hacer en Stuttgart, el domingo, 6.55 en esta distancia, la más clásica de la velocidad en pista cubierta. En la serie semifinal de ayer, con una facilidad pasmosa, Corrió en 6.56. La final se anunciaba explosiva.El récord mundial de la prueba estaba en poder, desde 1987, del norteamericano Lee McRae, con 6.50, pues los 6.41 posteriores del canadiense Ben Johnson desaparecieron de las listas oficiales, como todas sus marcas, al ser descalificado por doping.
Burrell pareció muy concentrado poco antes de la carrera decisiva. Según su costumbre, al colocarse delante de los tacos de salida dio una palmada y un gran salto con sus enormes muslos abiertos, hasta botar con sus pies separados casi un metro en el suelo. Se agachó, se colocó e instantes después salió como un obús. Espléndidamente, porque no fue una escapada descarada y casi coincidió con el pistoletazo, pero sí pareció que ya estaba en acción, sólo unas centésimas quizá, cuando nadie se había movido aún. Eso le supuso más de un metro de ventaja casi sin empezar y lo que delató especialmente su escapada, además de desatar el escándalo y las dudas. ¿Por qué no se le dio salida nula cuando todo parecía demasiado exagerado? Había hecho nada menos que 6.40 segundos, incluso mejor marca que los 6.41 de Johnson. Una mejora de 15 centésimas sobre su anterior registro, algo enorme en 60 metros.
El jurado de apelación anuló la carrera y obligó a repetirla. No cabía otra solución, y en el vídeo se puede apreciar, aunque también se observe la tremenda explosión del atleta casi simultánea al disparo de salida. Se notó que ha preparado especialmente este gesto que completa su gran calidad ya en carrera. Ni Ben Johnson lo hubiera mejorado.
El futuro es suyo
Burrell, en cualquier caso, acababa de demostrar, ya en medio de la polémica y de la exageración de su marca, que estaba tocado con el ángel del récord mundial. Apenas media hora después, sin esperar a los 45 minutos que podía exigir, volvió a correr. Repitió su rito de la palmada y el salto, y aunque salió mal, incluso peor de lo normal, dio igual. Su potencia sí era exagerada anoche en todo momento y consiguió la primera plusmarca mundial de su palmarés. No será el gran favorito para los Mundiales de marzo en Sevilla, porque no quiere correrlos, pero ante él se abre una nueva temporada deslumbrante al aire libre, con los Mundiales de Tokio al fondo. Lewis y Johnson pueden tener los duelos que quieran, pero el futuro es suyo.
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