Botín define al Santander como el primer banco español por rentabilidad

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, manifestó ayer que "1991 será un año difícil para la economía española". Calificó de "insolidaria y contra la Comunidad la decisión de Alemania de subir los tipos de interés, y señaló que no creía que a corto plazo pudiera modificar, en las operaciones de su banco, tanto los tipos de interés de activo como de pasivo.

El presidente del Banco de Santander hizo estas manifestaciones en la junta de accionistas que ayer celebró la entidad en la capital cántabra. En su discurso a los accionistas, Emilio Botín expresó su apoyo a la política del gobierno. "Una política económica ', dijo, "que tenga como objetivos prioritarios la lucha contra la inflación me parece indispensable en este momento y es lógico que unos presupuestos del Estado insuficientemente restrictivos han obligado a recurrir a la política monetaria". Añadió que "sería deseable una política de gasto público mas acorde con aquellos objetivos".En cuanto a la estrategia de futuro, el presidente del Banco de Santander precisó dos ideas clave: su voluntad de concentrarse en la actividad financiera "alejándose de las participaciones de tipo industrial" y su propósito de profundizar su expansión internacional. En cuanto al "alejamiento" de la industria, reconoció a preguntas de un periodista que la venta de su participación en Electra del Viesgo sólo es cuestión de precio.

También el precio es un determinante a la expansión."Ya dije hace tres años que si hay una ganga, la compraremos". El presidente admitió implícitamente que sus planes de expansión en Europa los desarrollaría de la mano de su socio el Royal Bank of Scotland del que el Banco de Santander posee el 10%, al precisar que en el caso de Cariplo -la mayor caja de ahorros italiana de la que ya posee el 70%- el negocio sólo implicaba al Banco de Santander ya que la inversión inicial en esta entidad se había efectuado antes del acuerdo con el Royal Bank.

Los países que están en el primer plano de la estrategia del Santander según su presidente son Francia y Méjico y en segundo lugar, Estados Unidos, aunque reconoció que tenía consultores en otros cinco países además de Estados Unidos. El presidente del Banco de Santander desmintió que existieran negociaciones para la compra de Banesto, señaló que la suscripción de 30.000 millones de deuda subordinada no suponía ninguna toma de posición en Banesto ya que era una deuda no convertible en acciones y no se definió de forma precisa sobre la posible compra de bancos americanos.

Botín se mostró satisfecho por todos los resultados obtenidos en 1990 excepto por el aumento de la morosidad (subió un 20%). Aunque señaló que el conjunto de provisiones y saneamientos habían ascendido a 79.826 millones de pesetas, un 26% más que el año anterior. Entre los resultados destacó el beneficio neto del grupo que se elevó a 63.758 millones de pesetas tras crecer un 19% y el aumento de los recursos propios del 23,6% que se situaron en 300.053 millones de pesetas. De los beneficios obtenidos la junta acordó destinar 32.458 millones de pesetas a reservas y 23.746 millones al pago de dividendos. Se acordó un dividendo por acción de 215 pesetas lo que supone un aumento del 16%.

El presidente destacó la elevada rentabilidad del banco al señalar que los beneficios netos sobre los activos totales medios eran del 1,3%, mientras que hace tres años eran sólo del 1%. El coeficiente de garantía según lo establecido por el Banco Internacional de Pagos de Basilea fue en 1990 del 13,57%, superior al 8%, el mínimo exigido por las autoridades españolas. Ello permite un aumento del balance del banco de 3,6 billones de pesetas. Emilio Botín definió su banco como el segundo por tamaño pero el primero en cuanto a rentabilidad.

Aseguró que los 200.000 millones de liquidez de que disponía el grupo no los iba a dedicar a la guerra del activo y que los invertiría en el interbancario o en inversiones previstas.