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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Más sobre la guerra

... Y la luz se hizo. El hasta ayer amigo fiel es hoy un tirano vesánico. El acendrado estrabismo occidental se ha corregido. "¡Lavemos nuestras manos en un baño de sangre!" dice el Gran Padre Blanco. Nihil obstat aúllan sus corifeos. La mayoría de los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, dan rienda suelta a sus dicterios acríticos contra Sadam. Me pregunto qué derechos asisten a Bush y compañía para privar del más radical de sus derechos a tantas víctimas como las que provocará la "santa guerra del Golfo".De nada sirve que yo mande a freír espárragos a tantos impresentables que campan a sus anchas y que tienen nombre y apellidos (léase Bush, Sadam, Major..., F. González, etcétera). Simplemente me apetece y lo hago. Se les debería privar de empleo y sueldo a perpetuidad. O, al menos, no permitirles volver a las andadas mientras no sepan recitar de memoria y literalmente El asesinato considerado como una de las bellas artes.-

No puedo creer todo lo que está sucediendo en el mundo en estos momentos, pero está sucediendo. Sabíamos que podría suceder y ha sucedido sin que hayamos hecho nada para evitarlo, algunos incluso votaron sí a la OTAN, incluso más de una madre, que ahora se arrepiente, cuando no hay remedio. Este es el precio que se paga por la lealtad a ultranza a ciertos líderes.

Es triste incluso que haya personas que demanden una mayor participación española en esta guerra, que no es la nuestra, sino la suya, la de los que piensan que las personas son números, balances económicos y, estadísticas.

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Todo lo que se argumenta en favor de la intervención española en esta guerra es sólo basura; ésta no es una guerra para liberar Kuwait, es una guerra para hacer recordar a los pueblos quiénes son los que mandan en la economía mundial y en Oriente Próximo: EE UU e Israel. Sadam Husein es sólo la excusa; todo esto ha podido evitarse y no se ha querido. Sólo espero que no haya víctimas entre los marineros españoles, porque vamos a señalar con el dedo a los culpables.- Ángel Valera. Madrid.

Para mí todo es confuso. No me atrevo a decir: la guerra es evitable. Porque al margen de la guerra de intereses, que posiblemente sea el verdadero petróleo de la historia -o uno de ellos-, un pueblo ha sido agredido, y es tranquilizante pensar que en el futuro la ONU se ocupará de este tipo de atropellos.

¡Ay! Pero al oír el grito sordo y tremendo del dolor la piel me dice que la guerra debe evitarse. Tú, Rafael Albertli, ¿sientes lo mismo en la piel?- Juan Pablo Gutiérrez. Alcalá de Henares. Madrid.

Hablando de la crisis del Golfo, ¿alguien quiere explicarme de qué derecho internacional me están hablando cuando en su nombre condenan a todos y a cada uno de los jóvenes enviados al

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frente (sin distinción de nacionalidad, credo o raza) a morir estallados o a ser mutilados, deformados o enloquecidos?

¿De quién viene tan alto poder para que unos gobernantes -que, por supuesto, no van a la guerra- se arroguen el supremo derecho de ofrendar esas vidas por encima de la propia voluntad de los sentenciados, de sus familias o del derecho a la vida y a la integridad física y moral?

¿Ser dueños de aptitudes físicas es causa suficiente para que se les enganche a una máquina de guerra que los hace sus víctimas propicias? ¿Saben ellos qué causas defienden y por qué oscuros intereses mercantilistas van a ser inmolados? ¿Así que ésta es la gran civilización? ¿No estamos más bien en la prehistoria, y los único que se ha desarrollado es la velocidad y la contundencia del garrote, de la quijada de burro cainita?- Luis Guillermo Aguilera. Bajamar, Tenerife.

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