_
_
_
_

La CNN fue la única pantalla abierta con Bagdad hasta las cinco de la tarde

"La guerra ha comenzado en Bagdad". La frase, del reportero John Holliman, de la Cable News Network (CNN), informó al mundo de que el conflicto del golfo Pérsico había estallado. A partir dé ese momento, la CNN convirtió el planeta en una aldea. Por primera vez en la historia, el inicio de una guerra fue retransmitido en directo, segundo a segundo, como si se tratara de un partido de fútbol o un concierto, y las imágenes y las informaciones del conflicto llegaron hasta millones de hogares a través de la retransmisión de Holliman y otros dos reporteros, Bernard Shaw y Peter Arnett.

La CNN, una emisora con sede en Atlanta (Georgia), cuya única misión es retransmitir noticias 24 horas al día sin interrupción, demostró ayer el poder de la información y consagró el medio televisivo como el canal de comunicación más efectivo.Los tres reporteros de la CNN estaban ayer a punto de salir de Bagdad cuando estalló el conflicto. Pretendían entrevistar a Sadam Husein, pero no consiguieron el permiso necesario, por lo que estaban prácticamente preparando las maletas. La CNN ha desplazado a Irak unas 300 personas para cubrir el conflicto y un considerable despliegue técnico para ello, al igual que otras cadenas, como ABC y CBS.

Durante las primeras horas del conflicto, jefes de Estado, presidentes de Gobierno, diplomáticos, periodistas y gentes de todo el mundo siguieron el resultado de los primeros ataques contra Irak a través de esta emisora. El resto de las cadenas de televisión optaron abiertamente por conectar con la CNN.

Esta emisora fue realmente la primera en lanzar la noticia de la guerra. Con un operativo técnico increíble y un equipo de 300 personas en la zona, quizá no se podía esperar menos, pero lo cierto es que sus reporteros no fallaron y aprovecharon la oportunidad.

"La guerra ha comenzado en Bagdad" fue la primera frase de una larga crónica radiofónica de Holliman, que se halla en la capital iraquí desde hace un mes, haciendo caso omiso a las recomendaciones del Departamento de Estado de que abandonara Irak. "Me quería ir hoy, con el resto de mis compañeros", dijo ayer, "pero la guerra nos ha atrapado aquí". En el momento del primer ataque norteamericano sobre Bagdad el corresponsal declaró: "Hay una tremenda luz en el cielo y las balas han comenzado a volar".

Junto al reportero se, halla ban otros dos protagonistas de la noche. Bernard Shaw, la estrella de la CNN, y Peter Arnett, un corresponsal de guerra australiano curtido en Vietnam y en las zonas calientes de Oriente Próximo.Emisora global

La Cable News Network, que el pasado año cumplió su décimo aniversario, ha utilizado este conflicto para consagrarse como la primera emisora global de este planeta.

Las imágenes que aparecen en la CNN son lanzadas al mundo desde Atlanta, donde se reciben simultáneamente señales de satélite procedentes de Londres, París, Ammán, Bagdad, Riad, Dahran, Jerusalén, Estambul, Washington, Nueva York o cualquier otro punto del planeta donde se produzca una información de interés.

La noticia del estallido de la guerra llegó a los receptores de medio mundo 30 minutos antes de que la Casa Blanca lo anunciara a través del portavoz oficial, Marlin Fitzwater. El presidente Bush reconoció ayer que siguió por televisión el inicio de las hostilidades. Lo mismo confesó Richard Cheney, el secretario de Defensa, quien dijo: "La mejor información de lo que se respira en Bagdad la he visto a través de la CNN".

El inicio de las hostilidades también fue seguido en directo por las otras tres grandes cadenas norteamericanas, CBS, ABC y NBC. Pese a la mayor calidad de las imágenes e informaciones de estas emisoras, la CNN, con su relato segundo a segundo, dejó sin público a Dan Rather (CBS), Peter Jennings (ABC) y Tom Brokaw (NBC), las tres grandes estrellas de los noticiarios.

Desde el pasado 2 de agosto, la CNN no ha regateado medios ni esfuerzos para alcanzar una cobertura total del conflicto. En un momento como el vivido ayer, las improvisadas informaciones de los hombres y mujeres de la CNN superaban sus propios errores. Shaw, por ejemplo, no ocultó que estaba pasando una crónica "desde debajo de una mesa" y que estaba hambriento. "Hace 24 horas que no como nada", dijo en directo, mientras se podía oír cómo uno de sus cámaras le preguntaba si quería "un bocadillo de ensalada con atún".

Sus últimas palabras se oyeron a las cinco de la tarde, como las de John Holliman: "La censura militar nos impide continuar emitiendo". A partir de entonces, la CNN, en Bagdad, se quedó muda, y el resto de las televisiones, también.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_