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Entrevista:

"Yo no emplearía las descalificaciones de Guerra"

Jerónimo Saavedra, secretario general del Partido Socialista de Canarias (PSCPSOE) y vocal de la Comisión Ejecutiva Federal, asegura no estar de acuerdo con el lenguaje descalificatorio que emplea el vicepresidente Alfonso Guerra, aunque afirma que desempefia en el Gobierno "una labor importante". Su entrada en la ejecutiva fue interpretada como un signo de renovación en la cúpula socialista.

Saavedra arrastrafama de critico desde que en el congreso extraordinario del PSOE de 1979 defendió las corrientes de opinión en el seno del partido. Hoy se declara partidario de una política de integración de las familias socialistas y no duda en afirmar que su partido está desorientado ante problemas como la inseguridad y la droga. Saavedra es profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Las Palmas.Pregunta. En círculos próximos a usted se comenta que mantiene discrepancias con el vicepresidente del Gobierno. ¿Cuáles son esas diferencias? ¿Es usted de los que opinan que sería recomendable que el Gobierno prescindiera de Guerra?.

Respuesta. En realidad, lo que yo he dicho es que no emplearía el lenguaje de Guerra ni las descalificaciones que él, por su manera de ser, utiliza Con suma facilidad. De cualquier forma, pienso que el vicepresidente tiene una capacidad política bastante acentuada y en cuanto a su presencia o no en el futuro Gobierno, ésa es una decisión que debe tomar Felipe González. Sea en el partido o en el Gobierno, Alfonso Guerra desempeña, sin duda, una función importante.

P. Los ciudadanos se han lanzado a la calle para pedir medidas eficaces contra el narcotráfico. ¿El PSOE tiene asumido este problema social?.

R. No; creo que el partido está un poco desorientado en esta materia, porque continuamos analizando el problema de la inseguridad ciudadana en términos de romanticismo. El fenómeno social de la droga y, por añadidura, de la inseguridad ciudadana, está adquiriendo tintes preocupantes. Es necesario actualizar las normas legales para dar respuesta a las demandas de la población con medidas no sólo represivas sino de rehabilitación.

P. ¿Piensa usted que se avecinan tiempos de cambio en el PSOE tras el último congreso?.

R. El PSOE cambiará en aspectos formales para adaptarse a una realidad social, que es muy dinámica. El partido ha demostrado que sabe anticiparse al futuro ofreciendo un diálogo a los demás sectores de la izquierda para apuntalar el socialismo democrático como la única alternativa progresista.

P. ¿La nueva ejecutiva federal será inquisitorial con aquellos ministros que perdieron en el congreso?.

R. En absoluto. La nueva ejecutiva no tiene por qué ser represiva, y menos tras un congreso que ha marcado una línea de actuación clarísima de tolerancia y flexibilidad.

P. ¿Su desembarco, y el de Raimón Obiols, en la ejecutiva federal es un signo de apertura o una pirueta para la galería?.

R. No somos la guinda de un pastel. Se ha producido una apertura interna y hacia la sociedad en términos reales. Otra cosa es que algunos puedan sentirse defraudados y otros opinar que se ha abierto demasiado la mano. Lo cierto es que algunos enfoques personales que no tenían voz hasta ahora ya están representados en la ejecutiva.

P. ¿Era ése su caso?. ¿Se autodefiniría crítico?.

R. Prefiero que me califiquen y no hacerlo yo. Sólo puedo decir que represento la secretaría general de la Federación Socialista Canaria en la que nos hemos significado por el diálogo y la tolerancia.

P. ¿Cabe considerar que su inclusión en la ejecutiva fue un incentivo a una federación socialista, la canaria, en atención a las características específicas de esta comunidad autónoma?.

R. No creo que haya sido exclusivamente un problema de territorialidad el que me haya llevado hasta la ejecutiva. Sin embargo, un hecho es cierto: Canarias es una región singular y a veces no demasiado entendida por el resto del país. Durante mi mandato como presidente del Gobierno autónomo comprobé que había ministros sensibles a nuestras especificidades y otros no tanto.

P. ¿Piensa volver gobernar en 1991 en Canarias y desbancar al actual presidente, Lorenzo Olarte, del CDS?.

R. Olarte es un político muy habilidoso pero es un gobernante pésimo. Derrotarle no va a ser difícil.

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