_
_
_
_
ESCALADA DE LA VIOLENCIA ETARRA

Unas difíciles relaciones

El atentado cometido por ETA en Hipercor el 19 de junio de 1987 que costó la vida a 21 personas marca el momento de la ruptura de las relación de un amplio sector del independentismo catalán con el apoyo a la organización terrorista vasca. De las elecciones al Parlamento europeo de junio de 1987 (39.000 votos) a las de junio de 1989 (15.500), Herri Batasuna perdió la conFianza de más de la mitad de sus electores en Cataluña.Los problemas de ETA con Terra Lliure habían comenzado un año antes, en 1986, cuando la organización catalana criticó a la vasca la falta de respeto al principio de territorialidad. "Mientras en Cataluña existió la expectativa de desarrollar una organización armada fuerte, ETA respetó el criterio de territorialidad", manifestaba a este diario en 1987 un antiguo dirigente de Terra Lilure. "Sin embargo, ahora esta expectativa no existe, ya que Terra Lliure no dispone ni de medios humanos, ni de material, ni del imprescindible apoyo político", agregaba.

Desde años antes, y a pesar de algunos casos de colaboración, ETA había desarrollado acciones autónomas en Cataluña, en especial desde la disolución de ETA (político-militar), facción más proclive a la colaboración. Precisamente, el fracaso de una acción coordinada con militantes independentistas catalanes en el asalto a un cuartel militar en Berga (Barcelona) en noviembre de 1980, supuso el golpe de gracia a la colaboración por la desconfianza en la capacidad operativa del terrorismo catalán.

Barcelona 92

La designación de Barcelona como sede olímpica en octubre de 1986 puso a la ciudad, y en conjunto a Cataluña, en el punto de mira de ETA que desarrolló progresivamente, hasta el atentado de Hipercor, una campana de atentados tras lograr estructurar el comando Barcelona. Será precisamente un catalán que abandonó las filas de Terra Lliure harto de la inoperancia de la organización, Joan Carles Monteagudo, quien acabe convirtiendose en el responsable de la organización etarra en Barcelona. Fruto de la masacre de Hipercor y de la cada vez más evidente utilización de Cataluña para los Fines exclusivos de ETA en su enfrentamiento con el Estado, el apoyo sociológico del lindependentismo radical catalán al terrorismo vasco ha ido decreciendo.

El fenómeno se refleja también en la reciente propuesta de la dirección de Terra Lliure a la militancia para el abandono de la lucha armada "porque los acontecimientos vívidos en Europa en el último año demuestran que puede ejercerse el derecho a la autodeterminación sin temor a la represión militar", como manifestaron fuentes próximas a la dirección del grupo el pasado octubre.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_