_
_
_
_
BALONCESTO

España se clasificó sin brillantez para el Europeo

Por suerte para el equipo español, por una vez el miedo, en forma de freno constante a la natural predisposición de concebir y desarrollar el baloncesto que tienen los jugadores hispanos, no dio como resultado una derrota. España consiguió sus dos objetivos prioritarios, la clasificación para el Europeo y la victoria en el partido. Pero la calidad del juego desplegado durante una gran parte del encuentro no da lugar para efusivas muestras de alegría.España estará en Roma, pero el billete para la fase final se podía, y debía haberse conseguido, de una forma más acorde con las posibilidades y calidad que atesoran en la actualidad sus componentes. vistazo a los nombres de la selección española y quedan pocas dudas de la calidad de un equipo que debería figurar como escolta de Yugoslavia en el ranking de Europa.

Y la razón básica del decepcionante juego es que se intentó jugar a una velocidad y con un control que no lo propiciaban ni el contrario ni mucho menos el estilo habitual al que están acostumbrados los jugadores dirigidos por Díaz Miguel.

Aleccionados por su técnico, el coche en el que se viajaba hacia Italia llevaba el freno de mano echado. Había que marcar la jugada, había que elucubrar sobre las posibilidades ofensivas. Venía bien que pasasen los minutos. Pero lo que no era lógico es que todo esto lo único que provocaba era un agarrotamiento y falta de fluidez evidentes. La estrategia dictada desde el banquillo español rozaba con el talante natural de los jugadores. Cuando a Villacampa, Jofresa o Biriukov les daba por tirar por la calle de en medio, ¡sorpresa!, se conseguían canastas rápidas, con menor oposición e incluso en algunas ocasiones vistosas. Estos ataques de espontaneidad eran rápidamente sofocados y todo volvía a su sitio.

Entre la lentitud de maniobra del equipo español y la pirámide de arena que construyeron los árbitros, el primer tiempo fue de los que crean afición, pero a otro deporte. 51 minutos de tiempo real, 38 faltas personales señaladas (con clara desventaja para España, que en 20 minutos tenía colocados a un jugador con cuatro -Romay, quien si no-, otros cuatro con tres, y Andreu, descalificado), que dieron como resultado 39 tiros libres. España únicamente había conseguido ocho canastas en juego, y Alemania una menos. Con estos números, sobra toda explicación.

Irritación

La meticulosidad hasta extremos irritantes de los colegiados propuso y consiguió que el acierto en la línea de tiros libres se convirtiese en una clave fundamental del partido. Mientras el equipo español se mostraba intratable (32 de 35, 90%), los alemanes fallaban uno tras otro como escopeta de feria (22 de 33, 66%). Y no sólo fue ahí donde el seleccionado alemán mostró sus debilidades, Svetislav Pesic, su entrenador, ha formado un conjunto con apariencia de Rolls Royce y consistencia de utilitario familiar.Las inquietudes técnicas del yugoslavo tenían sentido, crearon multitud de problemas al controlado juego español, pero su empeño chocó con algo básico y hasta estúpido, pero simple y definitivo. Para ganar hay que meter la pelota en la canasta, que es lo que les costaba Dios y ayuda, sobre todo desde la línea de personal.

En el segundo tiempo el juego español ganó en intensidad, gracias sobre todo a la dirección de Jofresa, la velocidad de Villacampa y la voluntad roboteadora de Orenga, pero el pie se levantaba del acelerador cuando parecía no haber obstáculo en frente. A base de dejar pasar oportunidades para definir, una reacción racial de los germanos, no llegó a complicar la clasificación pero sí a poner en entredicho la victoria.

España ganó, pero no convenció. Éste no es nuestro estilo, por mucho que se entrene o intente. Cuando tienes en la cancha a jugadores como Llorente, Jofresa, Villacampa, Biriukov, Antonio Martín o Jiménez no puedes pretender que jueguen andando. Ni saben ni dudo que quieran aprenderlo más de lo necesario.

VIadimir Tarakanov, exjugador del TSKA de Moscú y en la actualidad componente del Stuttgart, preguntaba después del partido dónde estaba el tradicional juego español basado en la velocidad y el contraataque. Eso nos preguntamos todos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_