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Reportaje:

El amargo turrón del Golfo

Un joven de reemplazo de la 'Numancia' cuenta sus vivencias a bordo de la fragata

Un marinero de reemplazo de la fragata española Numancia, que se encuentra en aguas del estrecho de Ormuz participando en el embargo naval decretado contra Irak, revela parte de su diario de vivencias a bordo. En él resalta algunas de las vicisitudes que ha tenido que encarar la tripulación desde que partió el 31 de octubre de Rota (Cádiz), y enfatiza la congoja que embargó a la tripulación en el puerto de Yibuti, 12 días después, cuando la Numancia relevó a su homóloga la Santa María.

"¡Menudo recibimiento nos hicieron!", rernemora en su diario. "Nos esperaban [sus colegas de la Santa María] por todo el barco, todos vestidos de moros, hasta los oficiales. ¡Y menuda gracia que nos hizo a nosotros! Estuvimos con ellos uno o dos días. Nos dijeron cómo estaban las cosas y, bueno... A ellos ya les tocaba venirse a España. Algunos hasta lloraron. ¡Qué pena no ir en ese barco!", se dijo entonces este marinero, adscrito al segundo reemplazo de 1990.Narra este marinero que durante la travesía hacia el Golfo, la desolación reinó entre sus compañeros de reemplazo: "Estábamos muy quemados... La gente ya no iba como en el otro viaje [la Numancia realizaba maniobras en la costa de Noruega cuando estalló la crisis del Golfo y, tras tres meses de navegación, tuvo que regresar. urgentemente a España para sustituir a la Santa María. La víspera de zarpar, un grupo de marineros, entre ellos éste, movía alegremente el esqueleto tratando de apagar sus penas a base de cubatas, entre la batahola y el fragor de una discoteca roteña]".

En su diario, este marinero repasa parte de la aflicción, tensión y confraternidad que, a bordo del navío, comparte con sus companeros. "Ayer, día 17, íbamos camino de Dubai y pasó algo anormal. .. De pronto vimos 15 lanchas rápidas que venían hacia el barco por proa, delante nuestra. El comandante subió rápido al puente y dijo que montasen las MG, dos ametralladoras grandes que hay a cada lado del puente, en babor y estribor. Las lanchas venían hacia nosotros y no se desviaban. Todos estábamos preparados (...) Cuando llegaron a nuestra altura, se abrieron y pasaron por ambos lados [del barco]. Se largaron y no pasó nada". "Después, por la noche, también nos pusieron en alerta: no paraban de pasar aviones de guerra de todas clases, y algunos de pasajeros. Luego resultó que estábamos al lado de un aeropuerto".

"Aquí, a bordo, ya se está quemando la gente de tanto limpiar, y de lo mal que se portan con nosotros... No nos ponen casi ninguna película [de vídeo], y cuando la ponen, se ve muy mal; pero da igual: a ellos no les molesta, ¿para qué la van a arreglar [la televisión]...".

"Estamos asustados"

Este marinero relata así su estado anímico semanas después de la aventura en que se ha visto inmerso tras llegar a Rota procedente del mar del Norte. "Ahora la gente, bueno, nosotros [los de su reemplazo], estamos como asustados, y sin haber estado apenas en casa [desde que los llamaron a filas], por lo menos los de mi curso".Se queja de que no ha podido disfrutar el mes de permiso que se suele dar en verano a la marinería, y añade: "Y ¡hale!, ahora en el Golfo...". "Lo más triste, es tener que comerse el turrón, si es que nos lo come mos, fuera de casa". "Ya empezamos a oír", suscribe, "que para navidades va a venir el ministro de Defensa, Narcís Serra. No sé si será verdad ¡pero, a preparar la escoba y el estropajo!...".

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"Aquí [en la Numancia] se lo montan muy mal. Antes de salir [de Rota], la casa Larios (que comercializa ginebra] dio bastantes cajas de Larios, y las dio para todos, creo yo... Pero nosotros todavía no hemos visto ni la botella. [Sólo] nos dieron [algunos] cubatas en un puerto, y cuando casi todos los marineros estaban en la calle Dicen que El Corte Inglés [nos] va a mandar 50 películas de video. ¡A ver si es verdad, porque nos ponen pocas y las que nos ponen ya la hemos visto 600 veces!".

"Hoy, 19 de noviembre, hemos parado 10 barcos mercantes en 12 horas", agrega. Y Explica: "Nada, nos ponemos a su altura y el oficial les pide que se identifiquen y le pregunta qué lleva... Después los dejamos marchar porque no llevan nada...". "Nuestro helicóptero sale todos los días por la mañana y por la tarde para patrullar la zona".

Comida y vacunas

"Aquí la gente está muy mal; bueno, todos nosotros [los marineros del curso 2º/90], hasta por lo de la comida, que es asquerosa. Lo que nos ponen casi todos los días no se lo comen ni los perros (sic). También estamos hartos de las vacunas: que si contra la fiebre, que si contra el tétano... Desde que salimos de El Ferrol [el primer puerto español, antes de llegar a Rota, en el que atracó la Numancia tras su estancia en el mar del Norte] nos han puesto cinco o seis vacunas. Y nos dicen que nos quedan todavía muchas más... También nos han dicho que los días de Navidad y Nochebuena los pasaremos navegando, y el de Nochevieja, en puerto. ¡Menudas navidades y turrones más amargos me voy a pasar este año!", exclama.Estar rodeado de agua durante tantos días le tiene desconcertado: "Aquí uno no se entera cuándo es lunes o martes, o sábado o domingo. Aquí lo único que sabes es cuándo entras de guardia y cuándo sales, y los días del mes, para [computar] la cuenta atrás...".

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