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Milan y Marsella, en estado de alarma

La mitad del contingente italiano corre serio riesgo de supervivencia. Un par de magnates conviven con la amenaza. del fracaso. Y el mejor jugador del mundo provoca un gran escándalo. La jornada destila emociones fuertes, algunas de las cuales puede desencadenar una ráfaga de decisiones al más puro estilo empresarial. "Habrá una revolución en caso de derrota" anunció Bernard Tapie, dueño del Marsella, "y no dudaré en tomar medidas que pueden afectar a los jugadores, al entrenador o a mí mismo". La eliminación entra en el vocabulario del Milan, el Nápoles, el Inter o el Marsella.

"Berlusconi no tolerará que e' Milan sea eliminado tan pronto. Sería una catástrofe", aventura el técnico del Brujas. El mejor equipo del mundo, el Milan, concentra el principal interés de la jornada europea. Ha de salvar en Brujas una difícil coyuntura ante el equipo local, que obtuvo un empate a cero en San Siro. El Brujas es un equipo correoso, mentalmente duro y resistente. Quienes anuncian cercana la eliminación del campeón aportan referencias del pasado, a modo de premonición: el Brujas ha eliminado siempre a sus rivales italianos (el propio Milan en 1976, el Roma en 1975, el Juventus en 1978) y como hilo conductor de tales sucesos surge la figura del técnico Georges Leekens, quien vivió como jugador aquellas victorias. "El Milan tiene todo que perder. Vamos a sufrir, pero tengo buenas vibraciones".Van Basten, por el contrario, rechaza la idea de una eliminación y utiliza la imagen de su compatriota Rutid Gullit como principal argumento: "Será nuestra mejor arma porque está muy motivado y quiere demostrar al mundo que sigue siendo tan bueno como antes". Van Basten confía en que el Milan encontrará un mejor terreno de juego y mayores espacios para hacer funcionar su fútbol. Pero el pesimismo afecta a otros compañeros, caso de Ancellotti que considera decisiva la baja de Donadoni. "Las cosas están al 50%", señala Ancelotti.

La posibilidad de un fracaso es entendida en otros términos por Bernard Tapie, propietario del Marsella, club que ha de superar en su estadio un 3-2 ante el Lech Poznan polaco. Fracaso es sinónimo de despidos en el lenguaje del magnate francés. El resultado no es tan amenazante como la trayectoria del equipo en los últimos seis encuentros, coincidiendo con la contratación del técnico alemán Franz Beckenbauer: el Marsella ha perdido tres de los seis partidos disputados. Por ello, el Kaiser es conocido ahora como Mister 50%. Las adversidades aumentan y Beckenbauer no podrá contar con tres jugadores importantes como Amorós, Pardo y Cantona, aunque conflia en rescatar al yugoslavo Stojkovic. "Confío en resolver este choque", dice Beckenbauer, "luego, ya tendremos tiempo para trabajar mejor". "¿Pero qué suce dería si les eliminan?", le preguntaron: "No veo razones para salir. Adoro el club, la ciudad, los aficionados, mi trabajo aquí". Sin embargo, Tapie insiste implacable ante sus subordinados: "La eliminación sería un desastre".

La atención está fija también en los problemas de dos grandes de Italia, Nápoles e Inter. El Inter debe intentar superar sobre el denostado césped de San Siro dos goles de desventaja ante el Aston Villa.

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