El Barça se limitó a cumplir el expediente

ENVIADO ESPECIALCuando las vísperas de un partido se viven sin tensión, cuan do un equipo de élite se tiene que enfrentar a otro sensible mente inferior y a unas condiciones meteorológicas poco propicias, es improbable que haya espectáculo sobre un terreno de juego. El Barcelona que llegó a Islandia con la vitola de líder de la Liga, no ofreció espectáculo en Reikiavik. Simplemente se limitó a cubrir el expediente, porque tenía puesta su mente en el encuentro del sábado frente al Atlético.

Johan Cruyff, técnico azul grana, no engañó a nadie. Dijo que reservaría a algunos jugadores y cumplió su palabra. Re movió la alineación habitual y dio entrada a Alexanco, que ejerció las funciones de Koeman, y éste pasó a desempeña las de Amor, que adelantó su posición. López Rekarte también tuvo su oportunidad, mientras que Serna se quedó en el banquillo. Y Bakero vio el partido desde la grada.

Cruyff, que no soporta perder ni al dominó, dio a sus jugadores la típica consigna del aquí te pillo, aquí te mato. No quería que se produjera ninguna sorpresa como la de la anterior eliminatoria ante el Trabzonspor de Turquía. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica.

El Fram, consciente de su inferioridad técnica y física -el campeonato islandés ya ha finalizado-, planteó el encuentro con muchas precauciones defensivas, pero salió como un caballo desbocado.

Los azulgrana tardaron en asentarse sobre el terreno de juego. Fueron 15 minutos en los que Zubizarreta maldijo la forma de celebrar su 292 cumpleaños. Gudgeirsson y Ragnarsson le dieron dos sustos.

Y tuvo que ser Koeman, más habituado a este tipo de climas, quien desde su nueva posición de pivote comenzó a desperezar al Barcelona. Ronald tenía ganas de liquidar el asunto, pero nadie le secundó. El marcaje estrecho de los centrocampiStas islandeses y la inoperancia de la delantera azulgrana protegieron la meta del Fram.

Mientras Stoichkov daba la impresión de iniciar un camino que le puede conducir a ser denominado el timo de la estampita, Salinas justificó su alineación con un gol e incluso se permitió el lujo de marcarlo de cabeza. Su tanto lo festejó un supuesto perturbado mental que hizo un streaking ante el estupor general. El numerito fue a tono con el partido.

Pero todavía faltaban más numeritos. Cuando Cruyff ya había tomado la decisión de sentar a Beguiristáin y darle marcha a Urbano, el joven e inexperto en fides internacionales Nando se encargó de despertar una pasión inusitada en las gradas. Después de haber acumulado una tarjeta amarilla, se fue a los vestuarios a los siete minutos justos de iniciarse el segundo tiempo. El Barça se quedó con 10 hombres de una forma estúpida, y también perdió la tranquilidad porque un minuto después encajó el gol.

En la capital islandesa, el Barga no se desnudó ante los ojos de los telespectadores, quizá para no darle pistas al técnico del Atlético. Y Stoichkov, también quizá para despistar, marcó el gol de la victoria azulgrana.