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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tercera vía socialista

LAS IDEAS socialistas se hallan en todo el mundo en un debate de dificil pronóstico. En el caso del socialismo español, la incertidumbre se mezcla con las contradicciones entre las hipotecas de partido que crea el aparato -y su personificación en el espejo cóncavo que es Alfonso Guerra- y la necesidad de soltar definitivamente el lastre de viejas ideas sobre los modos de hacer política, acentuando el pragmatismo. Muy esquemáticamente, guerrismo contra liberalismo.Este es el telón de fondo del próximo congreso federal del PSOE. ¿Se dibuja una tercera vía? Por el momento, un primer, e insólito, episodio en la renovación del socialismo español se ha podido observar en Gerona, en el congreso que han celebrado los socialistas catalanes. La novedad del congreso ha sido el apunte de propuestas e ideas que esbozaban un concepto ideológico de la sociedad a la que se destinaban. Hasta la fecha, y en la mayor parte de los congresos de las federaciones del PSOE, primaba más lo anecdótico que lo sustantivo. En Gerona se invirtieron los ténninos.

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), a pesar de su peso dentro del socialismo español, ha tenido una fortuna desigual en los últimos años, producto de sus repetidas derrotas ante el nacionalismo convergente, así como de la dificil posición que supone mantenerse en el poder en el Gobierno central y en la oposición en Cataluña. Pero el PSC tiene importantes responsabilidades de gobierno, tanto en el Ejecutivo como en el poder local, especialmente en Barcelona, donde ha logrado la oportunidad de encabezar la renovación urbana suscitada por los Juegos Olímpicos.Su aureola de partido no triunfante ha empezado a modificarse, primero, al hilo de las crisis que rondan a Convergéncia, y ahora, a propósito del papel que ha ido adoptando en el horizonte del 32º Congreso del PSOE. El presidente del Gobierno y secretario general socialista, Felipe González, clausuró en Gerona el congreso de un partido bien trabado en el que la única tendencia discrepante visible, Izquierda Socialista, recibe un trato deferente; alejado de los rifirrafes entre personajes y clanes de otras federaciones, como la andaluza o la madrileña, y que se cierra casi unánime alrededor de un Raimon Obiols, tan denostado hace unos años en Ferraz y aureolado por la maldición de la derrota como ahora apoyado y aplaudido.

¿Qué proponen los socialistas catalanes? En vez de perder el tiempo en batallas coyunturales o únicamente de nombres, han diseñado, por ejemplo, unas relaciones con los sindicatos que significan prácticamente la libre afiliación sindical para sus militantes. La presencia de líderes de UGT y de Comisiones Obreras en las sesiones de Gerona ha reforzado la apuesta por un modelo socialdemócrata en el que las relaciones con los sindicatos sean fluidas, sin que ello suponga ocultar discrepancias, lo que equivale a reafirmar la política de concertación social y de refuerzo del tejido social y sus organismos e instituciones.

Al mismo tiempo, el socialismo catalán ha apostado por la ampliación de la ejecutiva del PSOE, en línea con el aperturismo que va levantando cabeza en uno y otro lado; ha reafirmado su posición federalista; ha propuesto una nueva ley del aborto -basada en plazos y no en la mera despenalización, como ahora-; ha abogado por la renovación de la moratoria nuclear y el acortamiento de la mifi, y se ha esforzado en lo que se ha dado en llamar feminización del partido.

La asistencia de Felipe González en apoyo del mensaje de Raimon Obiols supone un refórzamiento de las señas de identidad socialdemócratas, diferenciadas de la simple apelación al liberalismo a secas que conflia sólo en el mercado, y apoyando así la sentencia obiolista que criticaba, hace ya tiempo, 1a apoteosis barroca del dinero" (de la que, por otro lado, el poder socialista es en parte responsable).

Todo indica que estamos nuevamente ante una tercera vía, vocación que parece antigua en el socialismo catalán. Una tercera vía avalada por González y que consiste en una profundización socialdemócrata con apertura y flexibilidad frente a las opciones del mero continuismo o de la inflexión liberal. La aspiración expresada por González de impedir la apropiación del PSOE por el centrismo liberal se acompaña también del designio de seguir vampirizando el centro. Por eso González proclamó, una vez más, su condición de socialista compatible con el empeño de ser liberal.

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