El otro 'Cristal'
Los responsables de los canales de televisión podrían contratar a un guionista y convertir los sucesos de este año en el equipo español de Copa Davis en un serial digno de competir a la hora de la siesta con Cristal. Si se realizase una encuesta entre los potenciales espectadores, William Pato Álvarez sería el elegido para representar el papel de malo, y Sergi Bruguera funcionaría muy bien como Luis Alfredo. Emilio Sánchez Vicario aparecería como una persona muy influenciable por el Pato, el malísimo de la serie.Esa es la sensación que se vive en la calle en España, y, por mucho que Emilio insista en ello, no es culpa de la Prensa que su imagen sea en estos momentos tan negativa. Emilio se ha equivocado en el planteamiento, desarrollo y conclusión de sus quejas, y le va a costar un mea culpa, antes o después, para recuperar el alto coste que ha sufrido su carisma en los últimos meses.
Nadie, ni seguramente los propios implicados, es capaz ya en estos momentos de explicar las razones del cisma tenísticó. Emilio tiene toda la razón en una sola cosa: como número uno, él puede elegir contra quien juega una exhibición. Y si los organizadores quieren enfrentarle con Sergi Bruguera, tiene toda la potestad para aumentar su precio o renunciar a la exhibición. Pero pierde toda la razón si trata de imponer ese criterio en un torneo, como el de Mallorca, oficial en el calendario español.
Emilio puede sentirse molesto porque Sergi Bruguera no haya acudido a una concentración en Reus y sin embargo juegue ante la URSS. Pero, una vez Sergi ha ganado a Chesnokov, pierde la oportunidad de protestar. Manuel Orantes, el capitán, ha acertado en una apuesta en la que puso su cuello en la guillotina, y el ultimátum de Emilio suena a rabieta, ataque de celos o defensa siciliana de los derechos de su hermano Javier. En todo caso, es una operación de imagen suicida.
Con toda seguridad, Emilio no calibró en Moscú las consecuencias negativas de su ultimátum. La situación no era la misma que en la eliminatoria previa ante Austria. Primero, porque esta vez hubo victoria; segundo, porque Orantes acertó al elegir a Bruguera; tercero, porque su imagen se ha deteriorado y corre el riesgo de no estar en los Juegos Olímpicos; y cuarto, porque la federación ya tiene asegurados para 1991 los ingresos económicos, al mantenerse el equipo en Primera división, y para 1992, año olímpico. Es decir, para la federación es ideal arrinconar a Emilio ahora y no hace unos meses.
Emilio, más independiente desde hace dos años, necesita urgentemente un asesor que vea más allá del mundo que ha construido Pato Álvarez a su alrededor. Si no lo hace, corre el riesgo de que, como Cristal, esta historia se alargue hasta el infinito. Y ya se sabe que el malo siempre pierde.
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