Un equipo sin miedo

Roald Poulsen, el entrenador del equipo danés Odense Club de Fútbol (OB), está convencido de que hoy tiene una oportunidad de ganar al Real Madrid en partido de ida de la primera eliminatoria de la Copa de Europa. Aunque no se atreve a afirmarlo rotundamente Poulsen asegura tener preparada una estrategia que dará sus frutos "El Madrid tiene algunas debilidades. Habrá momentos en que el OB jugará bien. No tenemos miedo", dijo a EL PAÍS.

El contrincante del equipo madridista se convirtió el año pasado en sorprendente vencedor de la Liga, y ganó en otras dos ocasiones el campeonato danés, en los años 1977 y 1982. Ahora atraviesa una difícil situación al ocupar el puesto 11º de la clasificación con 18 puntos, cuando se llevan 16 jornadas. De seguir, así el Odense descendería ya que la federación danesa quiere reducir a diez el número de equipos en la Primera División.

Cuatro de sus jugadores -UIrik Moseby, Kim Ziegler, Lars Jakobsen y Johnny Hansen- fueron o son parte del equipo nacional, y su portero, Lars Hógh, guardó, aunque no con mucha fortuna, los palos del campo danés en aquel histórico partido del Mundial de México de 1986 en el que España venció por 5-1. Hansen, sin embargo, no se enfrentará al Madrid porque se recupera de las lesiones que sufrió en un reciente partido contra la selección sueca. Para la afición española, Morten Donnerup es otro de los miembros del OB que puede resultar familiar, ya que hace dos años jugó durante una temporada con el Santander.

Pocos recursos

La mayoría de los jugadores del OB, que visten pantalón azul y camiseta de rayas azules y blancas, comparten la práctica del fútbol con sus propios trabajos, una combinación extendida en el fútbol danés y que en el terreno de juego no da los mejores resultados, pero a la que se ven obligados a recurrir por motivos meramente económicos.Un futbolista de Primera División gana al año en Dinamarca una cifra que en otros países resulta irrisoria: 200.000 coronas danesas (3,1 millones de pesetas). En estas condiciones, los incentivos económicos son más escasos, comolas horas de entrenamiento.

Esa escasez de recursos del fútbol danés obedece en gran parte a la mínima afluencia de los aficionados a los campos y a las dificultades con que se encuentran los equipos para mantener a sus patrocinadores.

Pese a que no hay que olvidar que Dinamarca es un país pequeño de tan sólo cinco millones de habitantes, los aficionados parecen tener aversión a los estadios y prefieren ver los partidos cómodamente en sus casas o disfrutar del buen tiempo cuando se puede, lo que generalmente coincide con la temporada futbolística, que comienza en la primavera y acaba en octubre.

El aficionado danés, además no suele ser un hincha de un equipo concreto. Reserva.todo su aliento para la selección nacional, a la que, no obstante, siguen sólo unos pocos, hasta el punto de que en los encuentros internacionales fuera de casa se desplazan sólo 50 o 60 forofos.

Hoy las cosas serán algo distintas y los responsables del OB creen que el Odense Stadion estará lleno hasta los topes. Hasta el momento se han vendido 10.000 entradas a precios que van desde las 175 coronas (unas 3.000 pesetas) para los asientos cubiertos hasta las 100 coronas (unas 1.600 pesetas).

La expectación que ha despertado el partido contra el Real Madrid entre el público, que admira a Butragueño y a Hugo Sánchez en especial, es compartida por los jugadores del OB, quienes, según su entrenador, Poulsen, "no tienen miedo".

Pero el fútbol de Odense no tiene muy buenos recuerdos de los encuentros contra otros campeones europeos de Liga. La última vez que el OB se enfrentó a un equipo de Europa fue en 1983, cuando perdió 0- 1 y 5-0 contra el Liverpool. Y el Madrid, especialmente, no es tampoco un buen recuerdo. El Real venció a otros dos equipos de Odense, el B 1913 y el B 1909, en 1961 y 1964. A pesar de que desde entonces ha llovido bastante, los aficionados no olvidan la victoria de los españoles sobre el primer equipo por 0-3 y 0-9 y sobre el segundo por 2-5 y 0-4.