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EUROPEOS DE ATLETISMO / SPLIT 90

José Luis González tampoco consigue medalla en sus últimos campeonatos de Europa

Santiago Segurola

Los jóvenes cachorros del medio fondo europeo, una generación representada por el alemán oriental Jens Peter Herold y el italiano Gennaro di Napoli, iniciaron en Split una nueva era en la carrera de 1.500. Herold ganó en un magnífico ejercicio de habilidad en una carrera muy complicada. José Luis González, sexto, tampoco pudo conseguir medalla en sus últimos campeonatos de Europa. La plata que obtuvo en los Mundiales de Roma 87 es la única de su palmarés. González perdió la posibilidad de victoria cuando Steve Cram lanzó a 400 metros del final uno de sus añorados ataques.

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González, cuya opción pasaba por un ataque más tardío, se vio obligado a seguir una estela demasiado larga y concluyó en el sexto puesto.La carrera fue extraordinariamente intrincada. La espesura del grupo obligó a un cuidadoso manejo de los codos. El danés GuIdberg, que acostumbra a tirar del carro, se quedó esta vez a la expectativa. Las perspectivas de una carrera veloz eran nulas.

Gennaro di Napoli y el holandés Van Helden dirigieron las operaciones a paso de carreta. El primer 400 fue miserable: 1.00.93. El trío británico -Elliot, Cram y Horsfield- vigilaba la espalda de los dos conductores. Elliot no daba la impresión de poderío. González, siempre por el interior, se situaba detrás de Cram. El paso de los 800 metros no ofreció ningún progreso. Con un registro de 2.04.14, sólo podía esperarse la ruleta de la última vuelta.

Dos años de convalecencia

Después de dos años de convalecencia continua, Cram acudía sin ningún respaldo en los pronósticos. Sin embargo, en el inicio de la última vuelta surgió el británico con toda su alma, como en los viejos días. Eliot le siguió, pero con demasiada incomodidad. González quedó cortado en el ataque, un tanto obstaculizado por la densidad de la carrera.

Cram aguantó el chaparrón durante 300 metros, con Elliot detrás, pero pronto se vio que Di Napoli y Herold guardaban una buena cantidad de energías. Incluso el portugués Silva un atleta muy habilidoso en las carreras, estaba en condiciones de buscar la victoria. A la salída de la curva final, Cram era casi un espectro, y Elliot también. De Napoli apuró la zancada, pero Herold estaba decidido a buscar la victoria, por lo que rebasó al joven italiano y certificó el cambio generacional en una de las carreras más prestigiosas del atletismo. Tras Herold y De Napoli, Silva también superó a los británicos, mientras González, en su solitaria persecución, concluía en sexta posición, mientras Fermín Cacho acababa en 11ª posición. "Hay una horca esperándome por no haber subido al podio en una carrera accidentada y marrullera", declaró González al final de la misma.

La jornada no alcanzó las previsiones efectuadas sobre Arturo Ortiz. El saltador español tuvo numerosos problemas durante la prueba y sólo pudo superar los 2,28 metros en el tercer intento. Posteriormente, falló sobre 2,31. La actuación de Ortiz fue un tanto decepcionante a la vista de su historial competitivo. En la jornada de clasificación se movió con soltura sobre los 2,28, metros y dio la impresión de estar en condiciones de protagonizar una sorpresa en la final. Sin embargo, tristemente no fue así.

En el relevo 4X400 masculino, el equipo español consiguió batir el récord nacional con una marca de 3.02.74, lo que mejora en un segunda y 30 centésimas la anterior mejor marca.

El atletismo español ha ofrecido una doble lectura. El número de finalistas, 20, es aceptable. Sin embargo, el equipo español sólo ha conseguido dos medallas -longitud, con Hernández, y Plaza en 20 kilómetros marcha-, una pobre cosecha.

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