España consumó su fracaso ante EE UU

España perdió con Estados Unidos por 95-85 y confirmó lo ya previsto. La selección deberá luchar ahora por las últimas plazas en Salta, ciudad situada a 1.800 kilómetros de Buenos Aires. El equipo español realizó un buen partido y se movió por cauces más lógicos y acordes con su valía. Los rebotes defensivos fueron la pesadilla y puntilla para un equipo que tuvo otra vez en Villacampa su mejor hombre.

Por primera vez desde hace cierto tiempo se jugó con lógica, por lo menos hasta que se pudo. El quinteto titular fue el más completo y estable que se puede hacer con esta selección. Jofresa es el más base de los tres y medio con que cuenta Antonio Díaz Miguel, Villacampa resulta indispensable, Jiménez a medio gas, es el mejor 3-4 del país, Ferrán debía funcionar como pivot tirador y Romay de habitual intimidador. Este cinco, a diferencia de otros días, fue mantenido en cancha 10 minutos seguidos -récord del campeonato-, y cuando Romay tuvo que ser sustituido por cometer la cuarta falta, dos minutos y una personal más que cuando se debería haberle sentado, España dominaba y jugaba mejor que los estadounidenses (19-25, m. 10).

Se defendía con lógica, colocando una zona de libro contra la que se estrellaban los inexpertos e irregulares tiradores norteamericanos, y se atacaba con cabeza dirigidos por Jofresa y anotando con Jiménez y Villacampa. Como también es lógico, era muy difícil que todo el partido se desarrollase como en un papel escrito de antemano.

El primero en salirse de lo previsto fue Laettner, jugador blanco y tosco, que a base de coger rebotes ofensivos -cuatro en 11 minutos- se fue hasta los 15 puntos en el primer tiempo. Tampoco podía nadie imaginar que la muñeca de Ferrán se iba a encasquillar hasta no lograr ni una mísera canasta en todo el partido. Ni en el espionaje efectuado se decía nada de que los tiradores universitarios se calentasen después de hacer un paupérrimo 5 de 25 de media distancia hasta el minuto 16. Dos triples en menos de 20 segundos estropearon el marcador, con el que se iba al descanso y lo dejaron en un 51-43, y aún lo hicieron más feo con otros dos a poco de empezar el segundo tiempo (59-46).

Lo previsible hizo de nuevo su aparición y Romay duró cinco minutos en cancha, aunque esta vez su salida definitiva produjo el efecto contrario al del primer tiempo, y de nuevo con Villacampa y Jofresa de estiletes España se acercó por última vez (m. 7, 63-61). Como ante Grecia, faltó punch, y Estados Unidos, que seguía cogiendo demasiados rebotes ofensivos, dominó el juego hasta el final, sobre todo a partir de que, en un intento a la desesperada por vencer por la diferencia necesaria, el equipo español se colocó en una defensa individual.

Con la clasificación decidida (80-71, m. 13), el partido fue lentamente llegando a su fin con un decoroso 95-85, que trajo bajo el brazo el destierro a Salta para todos. Villacampa cometió la quinta personal con tres segundos por jugar, y el público le ovacionó como merecía después de su espléndido partido (33 puntos-6 rebotes). Habría que preguntarse por qué hemos tenido que esperar seis años para poder verle jugar así.

Mientras las faltas personales le dejaron jugar, España estuvo coherente con lo que tiene y exhibió una garra diferente a otras ocasiones, pero sigue faltando convicción y cabeza.