Primer título de la temporada para el Atlético

El Atlético obtuvo ayer en el torneo Ciudad de Oporto su primer título de la temporada, al derrotar en la tanda de penaltis al Standard de Lieja (42), después de que los 90 minutos finalizaran con empate a uno. Pese a ello, el conjunto de Joaquín Peiró, que tan magnífica imagen había ofrecido el viernes en la semifinal ante el Boavista (4-1), ofreció una sensación muy distinta. Apenas creó ocasiones de gol y se mostró irregular y desacertado ante un rival serio, contundente y mucho mejor preparado físicamente.

Peiro recurrió para la final del torneo portugués a tres de los nuevos fichajes del Atlético para la próxima temporada. Juanito, Julio Prieto y el joven delantero Sabas formaron parte del once inicial que se enfrentó al Standard de Lieja.

No fueron esos los únicos cambios que efectuó el entrenador rojiblanco con respecto a la formación que tan buen resultado obtuvo en la semifinal contra el Boavista. Así, Mejías ocupó en la portería el pueste de Abel y Pizo Gómez se situó en la zona de Alfredo. El austriaco Rodax y Baltazar, goleadores el día anterior, calentaron el banquillo inicialmente.

Peiró sacrificó la eficacia en favor de las probaturas. El resultado fue un conjunto animoso, pero irregular. El Atlético arrancó con fuerza, apoyado en la velocidad de Futre. Los primeros compases del encuentro parecieron anunciar cierto dominio rojiblanco, apuntado en un buen lanzamiento de falta de Donato (m. 2) que el portero Bodart desvió con problemas.

Sin embargo, bien pronto quedó demostrado que el Standar era un rival de mayor empaque y consistencia aue el Boavista. Sin la estrategia del contrataque, el Atlético es un equipo mermado. El Standard, conocedor de esta circunstancia, repartió sus jugadores por todo el terreno de juego, imposibilitando las aperturas a las bandas y los espacios abiertos.

Los primeros 45 minutos finalizaron en empate, pero el rival rojiblanco dejó constancia de su peligrosidad al estrellar dos balones en el poste. El Atlético, después de un inicio brioso, fue diluyéndose en la compleja maraña de jugadores belgas, hasta perder ritmo y velocidad.

Con la segunda mitad del partido llegó el gol belga. Hellens, de magnífico derechazo, batió a Mejías en un claro error defensivo. Peiró había decidido jugar la carta ofensiva cuando, en la reanudación, colocó a Rodax en el puesto de Sabas. Poco después del gol recurrió a Baltazar y Toni, a quien situó como extremo para dotar de balones en condiciones a los rematadores. Sin embargo, el Standard replegó filas, sobre todo después de perder a uno de sus hombres, Boss, por tarjeta roja directa, y comenzó a achicar los escasos balones de peligro creados por el conjunto madríleño. La expulsión de Tomás, cuando faltaban diez minutos para la conclusión del encuentro, igualó fuerzas. En una jugada a balón parado, en el último minuto de partido, Manolo remató con acierto el 1-1 y condenó el partido a la incertidumbre de los penaltis.