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El equipo de Eduardo Santos será el beneficiario de los 1.500 millones de intereses de Macosa

Miguel Ángel Noceda

El premio de 1.500 millones de pesetas que obtuvo Eduardo Santos del Banco Central a través de una compleja operación -subrogación de derechos sobre intereses- por el saneamiento de Macosa y su posterior transformación de empresa industrial en inmobiliaria es el núcleo de la fuerte polémica originada a raíz de la reciente venta de esta sociedad a Cofir. Santos jugó un papel estratégico en la reconversión de Macosa y logró que el Central recuperara el principal de los créditos.

Los problemas de Macosa, una empresa ferroviaria sin futuro, consistían en unas deudas de más de 12.000 millones de pesetas y una elevada plantilla. Santos, que en 1986 había dejado la Subsecretaría del Ministerio de Industria, basó el saneamiento en cambiar la actividad tradicipnal de la empresa para dedicarla a la actividad inmobiliaria. A final de 1989, acabó la cirugía con la venta al consorcio francés GEC-Alsthom de la actividad ferroviaria, Previamente, había tomado la gestión de la inmobiliaria Sorogrande.El pago de la adquisición del 24,9% de Sotogrande a Enrique Zóbel estaba prevista mediante una ampliación de capital que no pudo hacerse. Esto hizo que Santos buscase un interesado, momento en que apareció Cofir, que a través del Banco Zaragozano negoció un crédito puente. Posterioemnte, firmaría el acuerdo de entrar en Macosa y tomnar la gestión. Asimismo, los terrenos de la antigua fábrica de Barcelona los convirtió en promoción inmobiliaria que canalizó a través de una sociedad denominada Diagonal Mar, en la que dio entrada con el 50% a Kepro.

Para entonces, el Central ya había comunicado a Santos que consideraba los intereses "no reclamados". Así lo decía en carta de 19 de junionio de 1989: "el banco le subroga a usted como presidente ejecutivo del consejo de Macosa para ejercer todos los derechos que circunstancialmente pudiera tener respecto a los intereses correspondientes de 1987 y 1988, devengados y no cobrados".

No obstante, los había dejado condicionados a que se mantuviera la gestión a la cabeza de Macosa. Este equipo gestor estaba formado por el propio Santos, Nicolás Garrido, Ignacio García Rubio y Federico Albiñana. Eduardo Santos, posteriormente, transmitió los derechos de reclamación de la duda, potestad que le había otorgado el Central, a su equipo directivo, que quedó fuera de Macosa tras la entrada de Cofir, y él, expresamente, se desinteresó de los 1.500 millones, según ha manifestado. Así consta en un documento de fecha 8 de marzo de 1990.

Antes del traspaso de esos derechos y para canalizar los 1.500 millones se creó una empresa instrumental, filial 100% de Macosa, a la que, provisionalmente se le denominó Ebroval y posteriormente Aravallas.

Aravallas, cuando ya se había alcanzado el acuerdo con Cofir, es traspasada a Jícara, una sociedad que Santos, a su vez, vendió a sus directivos por 30 millones. Después Jícara vendió Aravallas a Macosa en una operación urgente que se hizo la noche del martes pasado, después de conocerse la auditoría que desveló la deuda de los 1.500 millones.

Según el pacto, en el que han estado trabajando los juristas de ambas partes -Nicolás Garrido y José María Mas- los directivos exigirán el pago con el objetivo único de destinar estos fondos a la adquisición de un paquete de acciones de Diagonal Mar. La valoración de esta empresa es de 10.400 millones, por lo que les correspondería el 15%. El resto que queda en Macosa lo adquirirá Kepro, que ya tiene el 50%. En definitiva, el Central ha recuperado su principal, Cofir vende acciones de una sociedad que no le interesa y saca plusvalías de Kepro y el equipo directivo de Santos acaba colocado y con nueva empresa.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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