Estalla un motor de un avión con 217 personas a bordo en Ibiza
El aeropuerto de Ibiza vivió ayer una grave situación de peligro al estallar uno de los motores de un avión danés con 217 personas a bordo cuando estaba a 20 metros de altura, en plena aceleración, culminando la maniobra de despegue, sobre la recta final de la pista. El incidente, acaecido en la tarde del jueves, terminó al cabo de 24 minutos cuando el Airbus 300 de la compañía Conair, pilotado por Elmer Jorgensen, realizó un aterrizaje de emergencia después de lanzar al mar todo el combustible de los depósitos, unos 80.000 litros de queroseno. El aeropuerto decretó una situación de alerta local.En un primer momento se especuló con que la absorción por parte de las turbinas de una o varias gaviotas fuera la causa de la explosión del motor. Según ha podido saber este periódico, hace un mes un Boeing 737 de una compañía británica tuvo que abortar su operación de despegue cuando se hallaba en la cabecera de la pista del aeropuerto de Son Sant Joan, de Palma, a causa de la absorción de una gaviota, sin que se dieran las alarmantes circunstancias de Ibiza. Durante 1989, de acuerdo con los datos oficiales, en Mallorca tres aeronaves tuvieron serios problemas con sus motores debido a la entrada de gaviotas en las turbinas. En el verano de 1989, en Mahón se vivió otra situación de peligro debido al choque de una de estas aves marinas contra las turbinas de un avión extranjero. También en Ibiza, hace varios años, tuvo que realizarse otro aterrizaje forzoso por esta causa.
El director del aeropuerto ibicenco, Manuel Vidal, manifestó que "la explosión del motor del avión de Conair fue muy fuerte, los cristales de mi despacho temblaron y la sacudida fue notada en casi todo el recinto. Fue una situación nada habitual, grave, por lo que se declaró la alerta local, disponiendo nuestros propios servicios de emergencia, sin necesidad de dar aviso a los hospitales y otros centros para casos extremos". El avión, que ya iniciaba su vuelo hacia Copenhague, con 266 pasajeros y 15 tripulantes, se elevó hasta 4.000 pies, 1.300 metros de altura, ya que no podía tras la explosión interrumpir su operación de despegue. Después de proceder al vaciado de sus depósitos, en 24 minutos, tomó tierra sin incidentes. Se vivieron momentos de nerviosismo y escenas emotivas entre los pasajeros por el trance superado.
Examen del motor
Al mediodía de ayer, una vez desmontado y cambiado el motor que estalló, el airbus emprendió vuelo hacia su destino. La compañía procederá al examen del motor y despejará la duda sobre el origen de la grave avería."No es normal que un ave provoque explosiones de estas características", explicó el director del aeropuerto de Ibiza, "ya que generalmente el cuerpo de una gaviota se incrusta en las aletas de ventilación del motor, lo que provoca la consiguiente pérdida de potencia". La Dirección General de Aviación Civil recogió la información del incidente.
Según el testimonio del director del aeropuerto de Palma, Pedro Meaurio, "en los aeropuertos europeos se mantiene la tesis de que es mejor no ahuyentar las aves, porque son menos peligrosas si están posadas que si vuelan".
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