Tercera victoria de los Detroit, que dominan por 3-2
Los Detroit Pistons, de nuevo en su cancha, consiguieron jugar como sólo ellos pueden. Agobiaron totalmente a Michael Jordan y a los Chicago Bulls por 97-83, y ahora tienen el cuchillo en la mano, con una ventaja de 3-2 en una de las semifinales de la N BA convertida en un duelo a muerte. Hubo muchas faltas duras e intencionadas, y el pívot de los Pistons Bill Lambeer amenazó al alero de los Bulis Scottie Pippen, después de que éste le derribara aparatosamente en el cuarto tiempo. La NBA declaró al inicio de la serie que cualquier falta intencionada supondría la sanción de un partido.
Según esto, si se cumple, Pippen y también el capitán de los Pistons, Isiah Thomas, no podrán jugar esta noche (3.00 hora de Madrid) en el sexto partido que si lo gana el equipo de Detroit, el actual campeón, será ya decisivo. Aspirará ya directamente a revalidar el título frente a los Portland Trail Blazers o a los Phoenix Suns, que jugaron en la madrugada pasada también su sexto encuentro en Phoenix. Portland, el conjunto en el que milita Drazen Petrovic, también tenía 3-2 de ventaja en la serie y un triunfo a domicilio -lo que no se había producido en los cinco encuentros anteriores por parte de los dos equipos-, le supondría también ser finalista. Pero los pronósticos indican que todo se decidirá en Portland, en el séptimo y último partido, ya en su cancha. En cualquier caso, también el equipo de Oregón es el favorito para ganar en la Conferencia Oeste.
Partido extraño
El Detroit-Chicago fue un partido extraño, sin un guión lógico. Chicago dominó los rebotes ofensivos pero sin lograr canastas. Jordan falló 12 de 19 lanzamientos, Pippen, 15 de 20, mientras que el equipo falló el 67% de sus intentos a canasta. Después de sumar 89 puntos en sus dos victorias en Chicago, Jordan se tuvo que contentar con 22. Consiguió cinco en el primer tiempo, sólo uno en el segundo y cinco en el cuarto."Una de las tácticas es hacer que Michael trabaje lo más fuertemente posible. En un partido como éste ambos tuvimos que trabajar en la defensa. Yo estaba tan agotado como él", declaró Joe Dumars, quien tuvo que marcar a Jordan por sí solo debido a una lesión de tobillo que limitó la agilidad de Dennis Rodman. "No hay nada que uno pueda hacer para contener a Jordan salvo trabajar, esperar y rezar. Y Joe hace las tres", declaró Chuck Daly, entrenador de los Pistons.
Chicago se buscó la derrota porque Detroit realizó pocos cambios en su juego. La diferencia de los dos partidos anteriores fue el rendimiento de jugadores que se habían desvanecido en esta serie. Laimbeer sumó 16 puntos, dos más que los tres partidos previos. El alero Mark Aguirre fue un verdugo, con 19 tantos, 13 de ellos en el cuarto tiempo.
Fue el banquillo de los Pistons lo que hundió a los Bulls. Daly resolvió la presión de Chicago con sólo una alineación hábil de instintos agresivos: Aguirre, Dumars, John Salley, James Edwards y Vinnie Johnson. Ellos ampliaron una diferencia de 72-64 al final del tercer tiempo a 89-72 durante los primeros minutos del último periodo. Fueron tan eficaces que cuando Thomas cometió su cuarta falta personal quedando 4.20 minutos del tercer tiempo ya no volvió al partido.
Fallo técnico
Si acaso la culpa es de Phil Jackson, técnico de Chicago, quien no supo responder a las tácticas de Daly. Esos primeros minutos del cuarto tiempo se jugaron sin Jordan, quien descansaba en el banquillo. Detroit aprovechó para marcar siete de los nueve siguientes puntos, una racha que aumentó la diferencia a 14 puntos. Los Bulls nunca pudieron recuperarse. "Chuck nos dejó una estadística importante", dijo Dumars. "Jordan inició o terminó 51 de las 71 jugadas que realizó Chicago. Cualquiera que haga eso no tiene más remedio que agotarse".
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