El Barcelona abrió la cuenta ante el Joventut con recursos de emergencia
No estuvo Jiménez, a Trumbo le fueron suficientes unos minutos para poner al descubierto lo que sucede tras un año de inactividad y Epi jugó muy mermado físicamente y fue eliminado a casi ocho minutos del final. El Barcelona, pese a ello y a estar acuciado por la necesidad de la victoria por la configuración del calendario de los cinco partidos posibles, sacó adelante el primer encuentro de la serie final de la Liga. Con ello dejó sobre el parqué de su pabellón la huella de su talante de campeón.El Joventut también ofreció su imagen más estereotipada, la que, con razón o sin ella, le confiere el virtuosismo de los grandes pero también la de lafalta de consistencia de los finalistas frustrados. El Barcelona actuó como un equipo, por encima de sus rémoras, de su salubridad. El Joventut lo fió todo a la inspiración individual y tan sólo Villacampa y Lampley gozaron de ella. Demasiado poco para derrotar al campeón, a pesar de su maltrecho estado.
El equipo verdinegro aprovechó tan sólo las rémoras de su oponente en los primeros minutos. Las tres pérdidas de posesión de pelota y los cuatro primeros fallos en los lanzamientos de dos puntos del Barcelona dispararon el contrataque badalonés y condujeron el marcador a un 10-16 (m. 5).
El Barcelona contrarrestó la situación con triples y al cazar rebotes con la facilidad con la que se aplasta una mosca. Con la entrada de Costa, junto a Solozábal, presionó más a la primera línea del Joventut, que acabó por descomponerse con el relevo de Johnson por Morales. El Barcelona empezó a dominar a partir del minuto nueve (23-21). Los aspirantes a campeones se pasaron el partido con la lima en la mano pero nunca dieron sensación de poder remontar. Cuando más cerca estuvieron de empatar, perdieron dos balones consecutivos, cometieron una falta en ataque o fallaron incluso dos tiros libres como fue el caso de Montero cuando el marcador estuvo en 68-66.
El campeón exhibió su superioridad en el juego interior, sin renunciar por ello a una insistencia en la feliz noche de sus lanzadores de tríples. Ferrán, Wood y Norris llevaron el marcador a una diferencia de 12 puntos (46-34) que el Joventut, de la mano de un inspirado Villacampa, estuvo a punto de recortar totalmente a falta de un minuto para el descanso (50-48). Pero de nuevo en ese instante se demostró su fragilidad. En ese corto espacio de tiempo encajó cinco puntos y no anotó uno solo.
En la segunda parte el hombre inspirado del Joventut fue Lampley, un sabio buscador de buenas posiciones a tres metros del aro. Pero Villacampa fue detenido por Crespo, que completó así el gran trabajo defensivo que había realizado en el primer tiempo sobre Montero.
Se estableció a partir de entonces una pugna por resistir, por demostrar quién encajaba con menos daños en su maquinaria los golpes del rival. El Joventut se acercó en un par de ocasiones en el marcador pero el anfitrión dominó los diez últimos minutos incluso con una relativa comodidad.
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