Una progresión imparable
Rafael Martín Vázquez abandona el Real Madrid a los 24 años, tras seis temporadas en el primer equipo. El más joven entre la generación de jugadores conocida como la quinta del Buitre, debutó en Primera División el 4 de diciembre de 1983, apenas dos meses después cumplir 18 años. Aquel mismo día, frente al Murcia, Alfredo di Stéfano, por aquellas fechas entrenador del Real Madrid, alineó a Sanchis, otro jugador de 18 años. Los dos más noveles del grupo anunciaban el triunfo de la quinta.Di Stéfano siempre ha tenido a Martín Vázquez como un futbolista descomunal, algo que unos pocos videntes habían previsto aun antes de su llegada al Castilla. Con 15 años participó en el Mundialito infantil que se disputó en Buenos Aires. Los periodistas argentinos quedaron asombrados por las habilidades de un centrocampista que tenia técnica, poder, zancada, disparo y criterio.
Su ascensión fue vertiginosa. A los 17 años protagonizaba junto a Butragueño, Michel, Pardeza y Sanchís, la extraordinaria temporada que concluyó con la conquista del título de campeón de Liga por parte del Castilla. Había ocasiones en los que había más público en Chamartín en los partidos del Castilla que en los del primer equipo.
Los últimos años
Su progresión quedó detenida en los años 85 y 86. Mientras el resto de la quinta se instalaba con enorme comodidad en la cima del fútbol español, la carrera de Martín Vázquez quedaba entorpecida por las lesiones y el servicio militar. A la sombra de Michel pasó dos años sin encontrar su identidad en la cancha. Beenhakker no terminó de ubicarlo en el equipo titular hasta 1987. Aquel año debutó en la selección. Para entonces, Michel y Butragueño ya habían jugado un Mundial y probablemente Sanchís habría tenido la misma suerte de no lesionarse antes de México.Durante las dos últimas temporadas, Martín Vázquez se ha establecido entre los grandes protagonistas del fútbol español. Inclinado al refinamiento, aunque cada vez menos artificioso, ha unido un concepto global de los partidos a su dominio de todas las suertes del juego. Martín Vázquez puede meter un gol con seis regates, pero si es imposible no intentará el séptimo. En sus inicios nada le parecía irrealizable, ni lo imposible.
Su última temporada ha sido espectacular. Criticado por su escaso poderío goleador, Martín Vázquez ha sumado 14 goles, casi todos de gran belleza. Mientras aumentaba el asombro de los aficionados con el jugador, crecía la polémica sobre su futuro. La sensación última es que la afición madridista no verá en Chamartín sus mejores años como futbolista.
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