"La oferta bancaria europea estará saturada en 1993"

Dotado de la tradicional flema británica, puntual hasta el detalle, metódico y poco dado a los grandes adjetivos, Jeremy Morse, de 62 años, presidente del Lloyd Bank, el cuarto banco británico y el 35º del mundo, considera que para el año 1993 la oferta bancaria en Europa estará saturada. Es también presidente de la Asociación de Banca Británica y de la Federación Europea de Asociaciones de Banca. No ve como solución de incremento de negocio los países del Este con los que se mantiene una deuda notable, aunque considera a la República Democrática Alemana como un caso aparte.

Pregunta. Durante el pasado año, la entidad que usted preside ha declarado unas pérdidas de 715 millones de libras. ¿Cuáles son las razones?

Respuesta. Con cargo al anterior ejercicio, nosotros hemos decidido hacer unas provisiones excepcionales para la deuda del Tercer Mundo por valor de 1.766 millones de libras, con lo cual se han producido unas pérdidas contables de 715 millones de libras. Los accionistas también han recibido menos dividendo que el año anterior, pero a cambio nos encontramos que el 72% del total de nuestra deuda está provisionada y el 85% de esta deuda es de medio y largo plazo

P. ¿Cuáles son en estos momentos los criterios estratégicos de la entidad?

R. El grupo Lloyd Bank tiene una gran fuerza en el mercado al por menor. Contamos con una gran presencia en América Latina y en los principales países de Europa occidental. También contamos con una gran fuerza en banca al por mayor, aunque la reducción de los márgenes en estas operaciones nos ha hecho diversificar.

P. ¿Entonces han cambiado ustedes la expansión geográfica de los últimos años por una expansión y búsqueda de nuevos segmentos de negocio?

R. En efecto, por este camino iremos de ahora en adelante. Los grandes bancos en cada país están muy fuertes en la banca de particulares. Por ello hemos des estimado comprar nuevas entidades en el extranjero. Más bien iremos a acuerdos de colaboración en la banca al por mayor con entidades de diferentes países para ofrecer productos muy avanzados y estudiados para el cliente.

P. ¿Qué posibilidades de inversión y de incremento de negocio vislumbran en los países del Este europeo?

R. Sinceramente, creo que no podemos albergar grandes posibilidades de crecimiento. Sí puede haber negocio en la banca de inversión en el asesoramiento d proyectos y servicios financieros pero creo que para la banca comercial no hay perspectivas. Un caso especial lo puede representar la República Democrática Alemana. No comparto la idea de que algunos analistas han extendido de que las inversiones destinadas al sur de Europa pueden desviarse a los países del Este.

P. ¿Han diiseñado ustedes alguna estrategia especial para e mercado único europeo?

R. Nosotros en la banca a por mayor estamos yendo rápidamente hacia la especialización, mientras que en la banca al por menor es muy dificil dar la batalla en plan general en todos los mercados locales europeos. Nos interesa mucho el campo del seguro de vida y además también queremos potenciar nuestras actividades de gestión de patrimonios y la denominada banca personal. La idea es firmar acuerdos de colaboración con entidades de los diferentes países en los que estamos.

Fusiones difíciles

P. ¿Considera que después de 1993 se producirán movimientos de fusión entre entidades bancarias, tanto del mismo país como de diferentes países?

R. Yo personalmente lo veo muy complicado. A lo mejor lo que puede ocurrir es que un gran banco vaya comprando entidades de menor tamaño en otros países, pero las grandes fusiones las veo muy difíciles. Gestionar una organización que aglutine bancos de varios países es un reto muy difícil. Creo que se irá a acuerdos bilaterales que son menos complicados.

P. ¿Cómo finalizó Lloyd Bank el año 1989 en España?

R. Durante el pasado año conseguimos un beneficio bruto de 561 millones de pesetas, lo que representa un incremento del 20% sobre el año anterior. En el mercado español nuestro negocio está dividido en dos grandes áreas. Por un lado, la banca de particulares para una clientela de poder adquisitivo alto y medio alto a través de una red de 17 oficinas, y, por otro lado, la banca corporativa para grandes empresas y operaciones de ingeniería financiera y tesorería.