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La Recopa, difícil para el Valladolid

El Valladolid y el Mónaco pusieron de manifiesto el porqué de que sean de los equipos menos goleadores de sus respectivos campeonatos. Entre ambos no llegaron a sumar cinco disparos entre los tres palos durante un encuentro aburrido. Los porteros fueron meros espectadores. El choque discurrió en el centro del campo, en el que falló estrepitosamente el Valladolid. Caminero y Minguela ni pusieron orden ni acertaron en el pase y Moya fue una caricatura del jugador que hace unos meses alcanzó la internacionalidad. Rotos en la zona ancha y flojos físicamente, los castellanos fiaron todo su potencial ofensivo a los saques largos de su portero yugoslavo, Ravnic, pero los balones que de área a área enviaba éste fueron inútiles. El conjunto de Fernando Redondo quiso ganar por raza y agallas, pero no pudo superar nunca a un Mónaco más técnico, disciplinado y firme. El sistema del 4-4-2 del campeón francés funcionó sin fisuras. Su defensa maniató a los delanteros locales. Suss centrocampistas impusieron su mejor calidad y su impecable despliegue estratégico. Por último, Weah y Clement sembraban el pánico cada vez que salían al contragolpe con cierta ventaja. Con un poquito más de ambición, los monegascos habrían ganado el partido, pero prefirieron arriesgar lo justito.Conforme iban pasando los minutos se acentuaba el dominio táctico visitante, mientras el Europucela incurría en los mismos defectos que en la Liga: nervios en la retaguardia, desorden y torpeza en la zona ancha y nula mordiente en el ataque. A falta de 20 minutos, con el Mónaco controlando el choque, Redondo hizo los dos cambios posibles. Podía haber relevado a siete u ocho jugadores, puesto que pocos se salvaban de¡ naufragio, pero, como sólo tenía dos opciones, mandó a la caseta a Minguela y Ayarza, dos de los hombres con los que peor se lleva. Fano y Fonseca tampoco aportaron nada. Claro que poco se podía hacer ante un desaguisado tan irremediable. El encuentro, además, había entrado en una fase de deslucimiento y mal fútbol. En algún momento parecía más un encuentro de la categoría regional preferente que de la Recopa. Sólo lo incierto del marcador daba un ligero atractivo a aquel sucedáneo de balompié del que acabó contagiándose hasta el árbitro, el italiano D'Elia, perfecto en la primera parte y mal en la segunda.

El 0-0 puede ser el principio del fin del recorrido vallisoletano por Europa. Pocas esperanzas le quedan de salvar la eliminatoria en el Principado, donde, además, el Mónaco podrá contar con dos de sus estrellas ausentes ayer: los delanteros Ramón Díaz, argentino, y Hateley, británico.

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