Gil llega a un acuerdo con Peiro en la clínica en que esta internado por unos cólicos de vesícula
El presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, llegó ayer a un compromiso verbal con Joaquín Peiró, hasta ahora en el Figueres, de la Segunda División, para que se convierta en el entrenador del equipo rojiblanco hasta el 30 de junio de 1991. El acuerdo se alcanzó a última hora de la tarde de ayer en la clínica madrileña Rúber Internacional, en la que Gil se encuentra ingresado después de que en los últimos 10 días haya sufrido dos cólicos de vesícula, por lo que los médicos han optado por mantenerle en observación durante algún tiempo. Antonio Briones se sentará en el banquillo del Atlético el próximo domingo, ante el Oviedo, por deseo expreso de Peiró, que se presentará hoy oficialmente a sus nuevos jugadores.
Las negociaciones entre Jesús Gil y Joaquín Peiró durante la jornada de ayer se llevaron en medio de un gran hermetismo. Fuentes del club rojiblanco negaron en todo momento que fuera a producirse el encuentro entre el presidente y el técnico. Se creó tanta confusión que hasta el propio Peiró, que llegó a Madrid al filo de las tres de la tarde, dudó de que le fuera posible entrevistarse finalmente con Gil. "A mí me han dicho que vaya a las siete al Club Financiero y así lo haré. Nadie me ha avisado de lo contrario", dijo.Mientras tanto, Gil se encontraba en paradero desconocido. Sólo a última hora se supo que el presidente del Atlético había ingresado en la clínica Ruber Internacional para someterse a un chequeo rutinario. Los médicos, tras realizarle las primeras pruebas, le recomendaron que se quedara en observación durante algún tiempo. Entonces, Gil no vaciló en precipitar los acontecimientos. A pesar de las molestias que sufre por culpa de unas piedras en la vesícula, quería cerrar la contratación del antiguo jugador y también técnico de su equipo. Así, hizo que Pedro Centeno, gerente del club, acompañara a Peiró hasta la habitación del recinto sanitario en que se halla.
Una veintena de periodistas veía cómo Peiró entraba en el Club Financiero y salía de él cinco minutos después junto a Centeno. Éste explicó a los allí presentes que ambos se dirigían hacia el estadio Vicente Calderón, desde donde se iba a producir una conversación telefónica con Gil. Pero lo cierto es que Centeno pensaba llevarse consigo a Peiró hasta la clínica.
La entrevista entre el presidente y el ya nuevo entrenador rojiblanco duró poco más de una hora. Al filo de las 21.30 horas, Peiró declaraba haber llegado a un acuerdo con el Atlético. "Yo tenía muy claro que quería firmar por lo que resta de temporada y por la próxima y así se lo hice ver al presidente, Gil. Era absurdo que mi compromiso tan sólo se estableciera para los 11 partidos que restan de la Liga. En dos meses es imposible inculcar unas ideas a unos jugadores y que éstos las pongan en práctica", expuso.
Antes de viajar a Madrid, procedente de Figueres, Peiró ya había explicado sus intenciones a Gil, quien le respondió: "Tú vente para Madrid. Hablamos y lo arreglamos. No habrá ningún problema". A pesar de ello, parece que Gil, en un primer momento, ofreció al técnico firmar tan sólo por lo que resta de temporada, aunque con la posibilidad de ampliar el contrato hasta el 30 de junio de 1991. Finalmente, accedió a las peticiones de Peiró, que, como su antecesor, Javier Clemente, cobrará 50 millones de pesetas por campaña y unos incentivos especiales en función de los títulos que logre el conjunto.
El documento que vincula al técnico con el club rojiblanco no se firmó ayer debido a la situación de Gil, aunque el acuerdo fue calificado por todas las partes como "compromiso definitivo y formal", a la vez que explicaron que lo demás era una simple cuestión de papeleo".
Peiró expresó ayer su intención de conocer hoy a los que van a ser a partir de ahora sus jugadores. Pero hizo ver que su propósito no era el de ocupar el próximo domingo el banquillo del Atlético en su enfrentamiento al Oviedo. Así, pues, será Antonio Briones, el coordinador general, quien se haga cargo, al menos oficialmente, de la dirección técnica del cuadro. Fuentes próximas al club han asegurado que el deseo de Gil y de sus más inmediatos colaboradores es que intervengan los jugadores que menos tiempo han intervenido a lo largo de las últimas jornadas para así conocer cuál es su estado de forma e ir pensando en los posibles descartes.
Briones, molesto
Precisamente, Briones se atrevió a declarar ayer que no le había parecido "oportuna" la manera que tuvo el club de comunicarle la decisión de recurrir a Peiró: "Para la empresa quizá fuese el instante idóneo, pero no para mi".
Por otro lado, el delantero brasileño Baltazar aseguró: "Con Clemente trabajé bien. Nunca le falté al respeto. Agradezco que, en su despedida, dijese que no tenía nada contra mí. Lo que no sé es si ha influido en que yo haya marcado menos goles que en el pasado. Él era el entrenador y suyas eran las competencias". A su vez, Tomás criticó: "Tantos cambios no nos benefician".
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