Sainz no se explica el despegue del Lancia de Auriol
ENVIADO ESPECIAL Ese Lancia, el número 7 del 58º Rally de Montecarlo, se le aparecerá un par de veces esta misma semana en sueños a Carlos Sainz. Sólo soñando puede uno imaginar que un coche vuele después de detenerse en una asistencia, cambie el turbo, se separe espectacularmente del Toyota número 2 y acabe el rally. Sainz es joven, tiene sólo 27 años, pero ha vivido ya suficiente experiencia para asegurar que aquello no fue normal. Sainz estuvo pegado al bólido italianodurante 22 tramos cronometrados, y sólo cuando se produjo la metamorfosis del engendro azurri dejó de aspirar a la victoria. Y Auriol ganó en Montecarlo. Toyota presentó una reclamación contra Lancia que fue desestimada por el colegio de comisarios.
Sainz y el francés Didier Auriol encabezaban el rally con el mismo tiempo a la hora de enfrentar se al tramo 23 de los 28 que tenía la prueba. Lancia decidió en ese momento cambiar el turbo de su Delta Integrale y, según Sainz "algo más, no sé qué", y se distanció 25 segundos del español en los tres siguientes tramos. Y Auriol ganó. Toyota respondió al sorprendente desenlace de la carrera presentando una reclamación contra Lancia. ante el colegio de comisarios del Montecarlo, pero éstos, tras estudiar las piezas en litigio, la desestimaron.Fue hermoso mientras duró Y duró media noche. Allí estaba él, absolutamente solo, luchando a brazo partido con el mejor equipo del mundo. Con una es cuadra poco menos que invencible, con un equipo que, en el mejor estilo McLaren, viene arrasando a sus rivales, oprimiéndolos contra el cronómetro, durante los últimos tres años.
Fin a la igualdad
Sainz, que por cuarta vez consecutiva en los últimos seis meses tenía opción a ganar su primer rally del Mundial, le echó un pulso a la historia en una de las pruebas reinas del automovilismo mundial. Salió derrotado, sí, pero toda Europa y medio Japón sabe que Toyota ha encontrado ya a su Ayrton Senna. Sainz fue capaz de meterse en la boca del segundo a segundo, al equipo Lancia que iba a ganarle. Tanto les asustó que algo le hicieron a su artilugio para que volase en las seis últimas cronometradas. Legal o no, la idea de Claudio Lombardi, jefe de equipo de Lancia funcionó.
Hasta ese momento, hasta que los italianos decidieron detener durante unos segundos, antes del paso por Levens, el Delta Integrale de Auriol, Sainz había recuperado los cuatro segundos que le llevaba el francés en una excelente pasada por el Turini. La primera vez que Sainz -"no me llamen Matador, por favor"- se metía en la montaña mágica le sacó 10 segundos a Auriol, que realizó un crono de 16.17 minutos. Esto fue a la postre lo que hizo sospechar al español.
Los dos siguientes tramos sirvieron para que Auriol debiera correr al límite de sus posibilidades, que sobre asfalto no parecen tener fin. Pero llegando a la quinta especial (Levens, de 11,77 kilómetros) y en vista de que el españolito seguía pegado a sus coches tras 22 cronometrados en tres días, Lombardi cambió el turbo. El artilugio en cuestión lleva, curiosamente desde Montecarlo, una brida que limita su potencia. Es una brida precintada, claro, pero brida. Con el nuevo turbo y, lógicamente, con su brida, el Delta Integrale de 16 válvulas de Auriol, un experto sobre asfalto -ayer se cerró el único Montecarlo sin nieve de toda la historia-, le sacó 25 segundos a Sainz, que tal y como se comprueba en el cuadro adjunto se mantuvo siempre, tanto en el primer como en el segundo paso, en sus mismos tiempos. El que cambió fue Auriol o, mejor dicho, su Lancia.
Tanto cambió que entre la primera pasada de Auriol por el Turini (16.17 minutos) y la segunda, ya con el nuevo turbo, hubo una diferencia de 27 segundos -el francés paró el crono en 15.50-. Un Montecarlo que hasta entonces había estado jugándose al segundo se decidió en tres suspiros de un nuevo turbo. "Cualquiera que entienda un poco de carreras de coches", señaló, un tanto desolado pero orgulloso, Sainz, "sabe que cuando uno se está jugando un rally no puede bajar 27 segundos en un mismo tramo, sobre todo cuando en las dos ocasiones se corre en idénticas condiciones climatológicas y con los mismos neumáticos. Hay algo más, no sé qué, pero algo más". Y Auriol se vio en la necesidad de recoger el guante: "Juro sobre la cabeza de mi hijo que Lancia no ha aumentado la presión del turbo en todo el rally".
Sainz durmió ayer como un lirón. Arrastraba el cansancio y la tensión de toda una maravillosa y electrizante noche en el Turini. Anoche, seguro, ese Lancia número siete durmió junto a Didier. Sainz ya tenía bastante con recordar paso a paso sus últimas gestas. Esas que le han convertido en el piloto más cotizado del mundo, en "el nombre de los bienaventurados del paraíso", como decía Le Figaro, en el único piloto que cuenta sus últimas cuatro actuaciones en el Mundial (1.000 Lagos, San Remo, RAC y Montecarlo) por podios.
Es posible, eso sí, que Sainz recordara en sueños la profecía que le hiciera el pasado 23 de noviembre el ex campeón del mundo de 1985, el finlandés Timo Salonen, cuando su compatriota Pentti Airikkala, de 47 años, le arrebatara el primer puesto del RAC: "Carlos debes de estar orgullosísimo de tu actuación. Pentti está ya saliéndose de este mundo; tu acabas de llegar. Un día serás campeón del mundo, seguro". Carlos no tiene prisa, pero quisiera que su zapato no patinase la próxima vez que apoye su pie en lo más alto del cajón. Clasificación general: 1. Auriol-Occelli (Lancia), 5 horas, 56 minutos y 52 segundos; 2. Sainz-Moya (Toyota), a 52 segundos; 3. Biasion-Siverio (Lancia), a 3.39 minutos; 4. Cerrato-Cerri (Lancia), a 7.51; 5. Schwar-Wicha (Toyota Celica), a 9.12. Mundial de pilotos: 1. Auriol, 20 puntos; 2. Sainz, 15; 3. Biasion, 12. 4. Cerrato, 10; 5. Schwarz, 8. Mundial marcas: 1. Lancia, 20 puntos; 2. Toyota, 15; y 3. Mazda, 12.
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