_
_
_
_

Los albaneses de Kosovo se manifiestan para exigir democracia

ENVIADO ESPECIALMiles de jóvenes de la provincia meridional yugoslava de Kosovo (de mayoría étnica albanesa) se lanzaron ayer a la calle en demanda de derechos civiles y políticos para la población albanesa, en una vertiginosa escalada de la tensión política en el sur de Yugoslavia. La protesta era también una muestra de solidaridad con la delegación eslovena que abandonó el lunes el congreso de la Liga de los Comunistas (LCY), y en un nuevo y abierto enfrentamiento con el poder serbio.

Más de 20.000 albaneses se habían concentrado ya en la mañana de ayer enfrente del edificio del comité central en la capital de Kosovo, Pristina, en solicitud de la dimisión de toda la dirección de la provincia, impuesta por la cúpula directiva de la República de Serbia hace poco menos de un año. Entre gritos de "¡Serbia, jamás volverás a ser un imperio!" y "¡Democracia, democracia!", los manifestantes pidieron a los policías de etnia albanesa que observaban la situación que se unieran a ellos como "hermanos de sangre".

Ibrahim Megcini, líder de los estudiantes albaneses, advirtió que, de no cumplirse sus condiciones antes del viernes próximo, "los estudiantes y obreros irán juntos a la huelga general".

Con el bloqueo de todas las medidas liberalizadoras para la provincia de Kosovo propuestas por Eslovenia en el frustrado congreso de la LCY se disparó ayer de nuevo la conflictividad en esta provincia. Eslovenia había propuesto la abolición de los artículos que persiguen las "actividades contrarrevolucionarias"; la suspensión del proceso contra el ex líder comunista albanés Azem Vlasi, procesado por "alta traición" por iniciativa política de Milosevic, y la liberación de los centenares de presos políticos albaneses. El bloque pro Milosevic en el congreso derrotó sistemáticamente estas propuestas.

Dada la vigencia del estado de excepción en la provincia fronteriza con Albania y el estacionamiento allí de fuerzas especiales de la policía y el Ejército, se incrementó ayer con rapidez el temor a enfrentamientos directos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y un nuevo derramamiento de sangre como los habidos en años pasados.

Habitada mayoritariamente por albaneses, bajo la dirección serbia de Slobodan Milosevic, ha visto sistemáticamente recortados la autonomía y los derechos políticos de la población. El pasado año, la represión de las movilizaciones populares contra el recorte de los derechos de la mayoría albanesa en Kosovo causó numerosos muertos (oficialmente, 23, y extraoficialmente, más de un centenar).

Desde primeras horas de la mañana, miles de albaneses fueron concentrándose en el centro de Pristina. Abuchearon al jefe del partido en la provincia, Rachman Morina, impuesto por Milosevic, cuya dimisión inmediata solicitaron.

Aparte de la dimisión de la cúpula del partido y del Gobierno en Kosovo, que consideran títere de Milosevic, solicitan, entre otras cosas, la inmediata derogación del estado de excepción en la provincia y las instituciones de los dirigentes albaneses, y la convocatoria de elecciones generales libres. Diez meses después de la implantación del estado de excepción en Kosovo, impuesto por la dirección serbia bajo Milosevic, las nuevas movilizaciones hacen realidad las previsiones de los políticos reformistas de Eslovenia y Croacia.

Las nuevas movilizaciones podrían acelerar el fin de la carrera de Milosevic, líder populista y nacionalista serbio. Tanto si decide aplastar por la fuerza las nuevas movilizaciones como si las permite, el fracaso de su prometida solución serbia a la crisis de esta provincia con casi el 90% de población albanesa quedará patente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_