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CONVULSIÓN EN EL ESTE

División irreconciliable de los comunistas yugoslavos

La Liga de los Comunistas Yugoslavos (LCY), el partido del legendario mariscal Josip Broz Tito, que ha ostentado el poder desde que liberó al país de la ocupación nacionalsocialista alemana en 1943, se hundió en la madrugada de ayer en la división y el enfrentamiento irreconciliable entre los comunistas de las diversas repúblicas de este Estado plurinacional. El primer partido comunista del inundo en emanciparse de la ortodoxia de Moscú y luchar por una tercera vía de reformas socialistas ha quedado prácticamente roto tras la suspensión de su 14º congreso, en Belgrado, a causa de la abierta lucha entre los delegados de Serbia y Eslovenia.

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El partido y el Gobierno

Debido a la sistemática derrota de sus propuestas de reformas liberalizadoras, Eslovenia abandonó el congreso poco antes de la medianoche del lunes. Antes, el congreso había votado acabar con la supremacía del partido comunista, y de los 1.600 delegados, únicamente 27 lo hicieron en contra.El Comité Central de la Liga de Comunistas Eslovenos ratificó ayer la decisión de sus delegados de abandonar el congreso. El debate sobre el pluralismo político y la autonomía de las organizaciones del partido en las diferentes repúblicas, agudizado con los cambios radicales en países socialistas vecinos y con la llegada al poder en Serbia del nacionalista y centralista Loda Molocovich, llevó ayer a Yugoslavia a un final traumático del monopartidismo.

Eslovenia había solicitado la abolición de todos los artículos que persiguen la disidencia política, la liberación de los presos políticos y, ante todo, la creación de una "Liga de Ligas Comunistas", que daría mayor soberanía a los partidos en las diversas repúblicas. También solicitaba el fin del centralismo democrático y el pleno pluralismo político.

Rechazo de propuestas

Todas sus propuestas fueron derrotadas por la mayoría de la alianza conseguida por el presidente de la República de Serbia, Slobodan Milosevic, con los delegados afines de las dos provincias subordinadas a Serbia y las repúblicas de Montenegro, Macedonia y Bosnia-Herzegovina. Ciri Ribicic, jefe del partido esloveno, manifestó que, después de ser derrotadas todas las enmiendas de su delegación, la declaración propuesta no reunía las mínimas condiciones requeridas por los partidos reformistas de izquierda de otros países socialistas.

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"La razón básica de abandonar el congreso ha sido que ninguna de nuestras propuestas ha sido aceptada. No nos sentimos tratados como iguales y queríamos dejarlo claro", manifestó Joze Smole, presidente de la Alianza Socialista de Eslovenia. Los delegados serbios acusaron a los eslovenos de acabar con la unidad del partido movidos por consideraciones electoralistas ante los comicios en esta República el 8 de abril próximo.

Los intentos de Serbia de proseguir con los debates del congreso quedaron frustrados en la madrugada de ayer con la amenaza de Croacia de secundar a los eslovenos de no admitirse que, con el abandono de una delegación, el congreso ya no tenía el carácter de "yugoslavo" y carecía de legitimidad para decidir en nombre de la LCY.

Después de tres días de intercambio de acusaciones y ataques entre las delegaciones de los comunistas de las diversas repúblicas, Eslovenia abandonó a última hora de la noche del domingo el Centro de Congresos Sava, en Belgrado, y provocó así, horas más tarde, la suspensión de este congreso.

Pese a las intenciones de reanudarlo en el futuro, expresadas por delegados de las demás repúblicas, el 14º Congreso de la LCY tiene visos de haber sido el último. Surgido de una lucha heroica contra la ocupación alemana, se rompió por su incapacidad para superar los obstáculos con que se enfrenta este Estado plurinacional, aquejado por fiebres nacionalistas y graves divergencias de desarrollo e ideología.

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