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El Real Madrid ofrece ante el CAI nuevos síntomas de debilidad

El Real Madrid ofreció de nuevo los signos de la crisis. Su derrota frente al CAI coloca al equipo de George Karl frente a un buen número de interrogantes. De nuevo faltaron los rebotes decisivos, y este ausencia de poder interior terminó por aniquilar a un conjunto que además acusó la erosión de las faltas personales y la escasez de hombres en el banquillo, privado como estaba el Madrid de Villalobos.La jugada final representó simbólicamente todas las dificultades del Madrid, Ganaban los locales por 93-92 y tenían que hacer frente al último ataque del CAI. Era una situación que los jugadores de Karl han vivido con frecuencia esta temporada. EL Madrid ha ganado rturrierosos partidos por diferencias cortísirnas, pero la historia no se repite ahora.

El CAI se jugó el último ataque con un tiro de Belostenni cuando había sido el americano Davis el encargado de perforar sistemáticamente la canasta del Madrid. Al borde del final, el pívot soviético falló su lanzamiento, muy apurado por la oposición de los jugadores madridistas. Y allí se manifestaron, aunque sólo sea como síntoma, los problemas en el rebote del Madrid. Zapata atrapó la pelota bajo el cesto y consiguió los dos puntos que entregaron la victoria a su equipo.

El Madrid había llegado a acumular 12 puntos de ventaja durante el partido (40-28). Frederick llevó el peso anotador con una demostración excelente: 18 puntos en la primera parte. Las dificultades surgieron por la carencia de poder bajo los aros y por elgoteo de personales. La eliminación de Romay fue decisiva, como podía esperarse. Para entonces, Mark Davis se había tomado el partido como una cuestión personal, dispuesto a contestar con canastas todos los intentos de sobre vivir del Madrid. El Madrid no había podido alcanzar el margen de seguridad suficiente para mantener el aliento. Andetson, en su última aparición en la Liga, reafirmó su falta de criterio. Falto de centímetros y de claridad, el Madrid se dispuso a afrontar la agonía, en condiciones tan malas que a nadie le sorprendió el desenlace del partido.

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