La paradoja del Madrid

Los dirigentes del Barcelona se habían acostumbrado en los últiraos tiempos a justificar la ausencia de títulos de Liga por la constante presencia de factores exterrios y peleas internas -el presidente Josep Lluís Núñez lo define como "entorno"- que perjudicaban al rendimiento del equipo. Este año, el Barça navega sobre una balsa de aceite. En el Madrid, la mar gruesa se ha convertido en tan habitual como la lluvia que no cesa de caer sobre la capital en los dos últimos meses. Y, sin embargo, el Madrid es líder, con cuatro puntos de ventaja sobre sus perseguidores; ha marcado 48 tantos, y golea en el Bernabéu como nunca lo había hecho. Todas las sesudas tesis desarrolladas durante años se han derrumbado con más facilidad que el inuro de Berlín.Este año, los enanos le están creciendo a Ramón Mendoza mientras Núñez se mantiene en una situación expectante. En teoría, el Madrid muestra los signos de sufrir una desestabilización profunda. Ha tenido todo tipo de conflictos: entre los propios jugaidores -Michel Hugo-; de la plantilla con el entrenador; de Toshack con la Prensa; de los jugadores con los medios de comunicación; de Toshack con Mendoza; de los jugadores con el público, y de Mendoza con hombres de confianza.Mendoza, desorientado

Es curioso ver a Mendoza en las últimas semanas, perdido en sus dudas, sorprendido por la retahila de problemas que se le agolpan sobre la mesa, e incapaz de resolver la situación con uno de sus habituales golpes de timón. Parece desorientado. Y, para colmo, tuvo que abandonar el palco el domingo, ante el Logroñés, acosado por unos gamberros, escena que Núñez conoce muy bien y que provocó que dejase de ir con el eqquipo en sus viajes.

De repente, todos coinciden en decir que la imagen del Madrid se ha deteriorado tras una agresión lamentable de un jugador -Ruggeri- a un periodista de ABC, por una crónica especialmente crítica. El deterioro de la imagen del Madrid no provie ne de este incidente, pese a que el tema esté de moda en las últimas semanas. La penosa imagen ofre cida al final del partido de Eind hoven, hace casi dos años, y el lamentable espectáculo, digno de una pelea callejera, de la elimina toria ante el Milán, hicieron mu cho más daño al Madrid en Europa y en el resto de España que el bolsazo de Ruggeri.

Mendoza, sin embargo, no ha sabido atajar el problema. Partidario del absolutismo, ha sido incapaz de crear una buena conexión entre el club -plantilla, técnico y dirigentes- y los medios de comunicación -Ruggeri ha pedido perdón a todo el mundo, menos al agredido- Y una de las causas, entre otras muchas, es que los profesionales contratados para tal función se han encontrado con un despacho vacío de competencias y han acabado marchándose, hartos del protagonismo del presidente y de sugerente, Manuel Fernández Trigo. La plantilla mira con recelo a los medios de comunicación, el técnico da muestras de una patosidad y arrogancia preocupantes, y la maltratada Prensa, donde ha aumentado la competencia en busca de noticias fuertes, se ha lanzado sin paracaídas dispuesta a aprovechar el mínimo detalle para abrir un nuevo frente.

Y, sin embargo, el Real Madrid gana, y gana mejor que nunca, excepto en su obsesiva lucha por la Copa de Europa. Y si el Real Madrid, con todos los conflictos internos imaginables resuelve la temporada con su quinta Liga consecutiva, habrá dado una pequeña lección -quizá positiva- al Barcelona de Núñez. Aunque crezcan los enanos, se puede ganar la Liga