'Mi vida es mía'
TVE-1 (114 minutos).En Fiebre del sábado noche, las astucias comerciales se centraron en un punto de atención llamado John Travolta que fue, a su vez, la fosa de los leones donde rugió sonoro el adjetivo: hortera. Juegos de guerra y El trueno azul no merecieron mayor atención -ni Cortocircuito- que la que despierta la máquina de marcianitos de cualquier bar de barrio. Sin embargo, hay en John Badham, su director -y estas películas, bien miradas, miradas sin prejuicios, así lo demuestran-, un cineasta hábil, buen narrador, competente director de actores y transmisor de discursos en absoluto baladíes.De su obra, la película que ha sido recibida con mayor seriedad -tuvo, incluso, un estreno en version original subtitulada- es Mi vida es mía, en la que adapta una conocida obra teatral de Brian Clark sobre el espinoso, tema de la eutanasia, el derecho" a la propia elección concretamente. Curiosamente, si fue bien recibida -o relativamente bien recibida- fue por la gravedad del asunto, no por su tratamien
to. Pues Badham evita cautelosa mente perforar en razonamientos éticos de tan angustioso tema en aras de un dinámico, eléctrico melodrama a la antigua usanza, no exento de humor y muy bien dialogado; en este sentido, hay que aplaudir calurosamente a su protagonista principal, Richard Dreyfuss, quien, sin prescindir de su habitual sobreactuación -sería impensable verte comedido-, consigue acercarnos a un personaje de veras estremecedor. Se trata de una obra cuya baza fundamental es el personaje protagonista que nuclea casi todas las situaciones. En España, esta pieza teatral tuvo una versión catalana estrenada por Josep Maria Flotats en el Poliorama de Barcelona.
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