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Padres

Son buena gente. Ya no quieren d sus hijos la mano de obra semigratuita que en otros tiempos se busca ba. Esperan que los chicos llegue muy lejos, o muy alto, pero se con forman con que no se pinchen y s dan con un canto en los dientes s consiguen que se les vayan a hace su vida antes de los 30 años.Algunos siguen enviándolos a colegios de curas por principios, o por que se hacen amistades más útiles Y a colegios de monjas porque la chicas salen más finas y con cierto valores mejor preservados. Los qu pueden, sin embargo, tratan de en viarlos a novedosos centros, laico pero respetables, donde aprendan a decir lo de siempre en correcto in glés. Unos pocos idealistas y el con junto de la población trabajador envían a los niños a colegios pú blicos.

Soportan allí los niños la genera deficiencia de las instalaciones, e amontonamiento, el ir y venir d maestros involuntariamente nóma das, los altibajos que la heterogeneidad del cuerpo de enseñantes produce en materia de libertad y autoridad. Este año Pepito tiene un maes tro que pide las cosas de memoria El año que viene Vanesita tendr problemas porque le toca otra pro fesora; lástima, con lo bien que s llevaba con la de este año. Lo importante, sin embargo, es qu apruebe. Usted apriétele, seño maestro. Y que no se estropeen la vacaciones de la familia por culp de las matemáticas. Los padres so buena gente y se conforman co poco. A las reuniones suelen ir sólo algunas madres. Pocos se manifies tan por una mejor enseñanza públi ca, y cuando lo hacen, no les gust que se haga alusión a los gastos militares.

Hasta que un día llegan a la es cuela de los chicos un grupo de ni ños gitanos, de niños abandonado o de niños difíciles. Y entonces lo padres, que no son racistas, se mo vilizan, boicotean o hacen barrica das contra la intolerable masificación.

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