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Un ancho cambio de opinión

El cambio de ancho de vía a medidas internacionales ha sido desde siempre causa de debate. No obstante, las discusiones en torno a su conveniencia saltaron a la opinión pública a raíz de la tramitación del Plan de Transporte Ferroviario (PTF), aprobado finalmente en la primavera de 1987.Hasta el último cambio de Gobierno, en julio de 1988, tanto el entonces responsable del Ministerio de Transportes, Abel Caballero, como el propio presidente de Renfe, Julián García Valverde, fijaron la postura oficial en torno a la posibilidad de modificar las medidas de los 11.000 kilómetros de vías en un rotundo no. Ya en 1987 Abel Caballero expuso ante una nutrida audiencia en la Escuela de Ingenieros de Madrid su oposición a emprender una obra cuya utilidad ponía en cuestión.

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Más rotundo se mostró García Valverde en su comparecencia ante la Comisión de Transportes e Industria del Congreso en marzo de 1988. A preguntas de la oposición en torno a la conveniencia de modificar el ancho de vía español, Valverde contestó que, aun en el caso de tener presupuesto suficiente, no sería, partidario del cambio, ya que había necesidades más urgentes.

Con José Barrionuevo en Transportes, la cuestión del cambio de ancho volvió a primer plano a raíz de la adjudicación del denominado contrato del siglo, con el que Renfe adquirió material rodante de alta velocidad por importe de 85.000 millones de pesetas. El 21 de octubre de 1988, día señalado para comunicar el ganador del concurso, García Valverde soportó en soledad el amargo trago de explicar ante los inforinadores que no había adjudicación, ya que el Gobierno había decidido examinar la conveniencia de adoptar en la red española el ancho internacional. La decisión de repartir el contrato entre Alsthom y Siemens no se adoptó hasta diciembre.

Con anterioridad, el 9 de diciembre, el Consejo de Ministros había acordado que las nuevas líneas para los trenes de alta velocidad adoptaran el nuevo ancho. Renfe aportó a la reunión del Consejo un estudio elaborado en siete días. El Gobierno solicitó a Renfe un nuevo informe para toda la red, a entregar en seis meses. El informe final aún no ha trascendido.

Mientras tanto, se han sucedido informaciones sobre costes y presupuestos disparados en algunos tramos. Asimismo, se han conocido discrepancias entre los Ministerios de Economía y Hacienda y Transportes por el presupuesto de una obra que un especialista ha definido, en el Ministerio de Transportes y ante el propio ministro, como "las pirámides de Felipe González".

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