El rigor de las desdichas
El Requena ha perdido todos los partido
SERGIO CARBÓ El Requena no ha logrado un punto en ocho jornadas. Ni un empate. Suma 2 goles a favor y 22 en contra. Pero hay esperanzas y optimismo. Cuando hace un par de semanas Gallo, un chaval de 17 años, adelantó al Requena, cerró un ciclo de absoluta sequía goleadora que duraba ya seis larguísimas semanas. A la postre, los dos goles que esa tarde consiguió Gallo no sirvieron de nada, y los de Requena cayeron finalmente ante Els Ivarsos por un contundente 4-2. No obstante, y pese a la derrota, ambos tantos fueron muy celebrados. "El lunes siguiente Requena fue una fiesta", recuerda Teodoro Cárcel, miembro de la junta gestora del club y propietario de un mesón, principal mentidero futbolístico de este pueblo de 18.000 habitantes, "y la gente decía: '¡Hombre, ya hemos marcado dos goles!". "Desde luego la clasificación del Requena no se ajusta al juego que practica", añade.
El entusiasmo de un grupo de aficionados, que organizaron una junta gestora que funciona sin presidente y en la que los jugadores cuentan con sus propios representantes, hizo posible que el Requena no acabase directamente en segunda regional hace una temporada. Si exceptuamos los gastos de desplazamiento y las 5.000 pesetas que recibió cada jugador al principio de la campaña para comprarse las botas, ni el entrenador, José Castel, ni sus futbolistas, cobran sueldo alguno. Luis Barrio, defensa libre del Sporting Club, reconoce: "Cuando empezamos ya sabíamos que habría que aguantar y vender cara la piel ante gente muy veterana". "Perdemos, sí; pero con dignidad y honradez", afirma el extremo derecho, Ramón Pardo, " el campeonato es largo y creo que nos salvaremos".
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