_
_
_
_
GENTE

Mark Spitz

El regreso del hombre-pez

Mark Spitz, el nadador estadounidense que asombró al mundo al ganar un total de nueve medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Mexico 68 y Múnich 72, ha anunciado que regresa a la competición. Su objetivo es Barcelona 92. Spitz, considerado como el mejor nadador de la historia, tiene actualmente 39 años y, según ha reconocido, ya sólo piensa en añadir una nueva medalla de oro a su colección. Para ello está siguiendo un exhaustivo entrenamiento en Los Ángeles, donde vive con su mujer y su hijo.Diecisiete años después de su histórica participación en los Juegos de Múnich, donde consiguió siete oros, Spitz ha comenzado a nadar de nuevo contra el cronómetro. Si consigue superar las competiciones eliminatorias de Estados Unidos estará en Barcelona. El deportista se ha declarado convencido de que puede intentar esta proeza porque está preparado para el triunfo y para el fracaso, aunque confiesa que íntimamente cree que tiene muchas posibilidades de éxito. "Sólo tengo que nadar unas 29.000 millas para conseguir mi objetivo, y creo que voy a conseguirlo", ha declarado el campeón a The Washington Post."Puedo ganar mi décima medalla si logro meterme en la final de 100 mariposa de Barcelona", ha confesado. Spitz decidió regresar a la competición cuando descubrió que su marca de Múnich en 100 metros mariposa aún hubiera conseguido un resultado positivo en la final olímpica de Seúl 88. Su marca en los 100 metros mariposa de Múnich le hubiera colocado en la octava posición de Seúl. Hay que tener en cuenta que Spitz nadó la final de 1972 después de haber participado en siete carreras extenuantes, cuatro clasificatorias y tres finales, donde rompió la plusmarca mundial y se enfundó el oro.

"Nunca sabremos qué marca hubiera conseguido en aquella final de los 100 mariposa si hubiera estado relajado", explica Spitz, quien considera muy importante que su crono de Múnich aún le hubiera aportado el bronce de Los Ángeles 84. Barcelona 92 es mucho más que un sueño y Spitz deberá trabajar contra las nuevas generaciones de hombres-peces estadounidenses.Spitz se dedica ahora a los negocios inmobiliarios, además de ganar mucho dinero con la promoción de artículos deportivos. Su imagen con el torso cubierto por siete medallas olímpicas aún vende en este país, donde se le considera como el atleta individual más grande de la historia olímpica norteamericana, muy por delante de Jesse Oweris o el mismísimo Carl Lewis.Casado, con un hijo de ocho años y con la vida resuelta, Spitz sólo piensa ahora en volver a la piscina para competir. Lo más importante de su regreso es que no teme que le llamen abuelo cuando se quite el albornoz y se disponga a competir. Los especialistas deportivos le han tomado en serio porque saben que Spitz no bromea y sigue estando en plena forma. Pero el hecho fundamental es que consideran que Spitz es lo suficientemente inteligente y rico co,no para no cometer la tontería de destruir esa imagen de gloria con la que vivirá el resto de sus días.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_