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Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, eliminados en dobles

C. L. SMITH MUÑIZ Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, los defensores del título, fueron eliminados ayer del torneo de dobles del Open de Estados Unidos de tenis por los norteamericanos Glenn Layendecker y Richey Reneberg por 4-6 y 5-7. La estadounidense Chris Evert derrotó a la argentina Patricia Tarabini por 6-2 y 6-4 para apuntarse su 100ª victoria en la historia del Open, un récord al que se le aproxima únicamente Jimmy Connors, con 90. El alemán occidental Boris Becker (2º) batió al checo Miloslav Mecir por 6-4, 3-6, 6-4 y 6-3.

Evert y Connors representan la época en que Estados Unidos dominaba el tenis y que se desvaneció con el declive de John McEnroe. Pero están surgiendo jugadores jóvenes y de gran porvenir. El menor, Jay Berger (11º), tiene 22 años. André Agassi (6º), de 19, terminó 1988 como el tercer clasificado mundial. Son una auténtica amenaza para el checoslovaco Ivan Lendl (1º) y los suecos."Dentro de aproximadamente un año seremos la fuerza dominante", proclama Agassi, semifinalista en 1988 en Roland Garros y el Open de Estados Unidos. A Berger y él se une Michael Chang (7º), campeón de Roland Garros a los 17 años; Jim Courier, de 19 y rival de Lendl hoy, y Pete Sampras, de 18 y vencedor del campeón vigente del Open, el sueco Mats Wilander.

"Ha llegado una nueva generación y muchos son buenos", dice Lendl; "algunos juegan bien un día y mal otro, pero, cuando lo hacen bien, son terribles". Se formaron juntos en los torneos juveniles. Sampras perdió el campeonato nacional de 1987 ante su buen amigo Chang, que Insiste en que Sampras, el 91º del mundo, es tan bueno como él, aunque le falta confianza. Contra Wilander fue la primera vez en un partido importante que Sampras subió a la red sin miedo en momentos críticos. Lo hizo 47 veces en la última manga por 12 Wilander.

Agassi puede ser el primero que llegue a la cima y se proclame el mejor del mundo. Todo depende de cómo aproveche unas lecciones amargas que le han dado este año. Después de conquistar seis torneos en 1988, se ha quedado en blanco y bajado tres puestos en la clasificación general. Como también rehusa participar en Wimbledon, la Prensa le pinta como inmaduro y engreído. Sin embargo, en Flushing Meadows ha demostrado que no todas las críticas son ciertas. Ahora tiene dos servicios, uno que pica violentamente la pelota y otro que baja por el medio sin casi botar.

Por otra parte, la ATP anunció que desde 1990 los jugadores serán expulsados de un partido a la tercera amonestación y no a la cuarta. Otros cambios son: todo set igualado a seis se decidirá por un juego decisivo, habrá control antidoping y los 50 primeros clasificados se comprometerán a jugar cierta cantidad de torneos.

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