El arranque vertiginoso de los Marx
Este año se cumple el 60º aniversario del debú cinematográfico de los hermanos Marx. Fue, naturalmente, en 1929, y con la película que esta noche podremos ver, sonreír y carcajear, Los cuatro cocos -recordemos que en sus primeros filmes eran cuatro: Groucho, Chico, Harpo y Zeppo-.Los 60 años transcurridos no harán sino subrayar la actualidad de la comedia marxiana y su necesidad en una época en que el humor desmadrado no llega a sus cotas -o pasa, se pasa malamente, de ellas- y recordarnos que hay que ser muy racional -ellos lo eran para alcanzar la cumbre de lo irracional, y poseer una gran lógica interna para acceder al arte de lo ilógico y lo absurdo.
Los cuatro cocos, concebida en el mismo albor del cine sonoro, es el nacimiento de la comedia dialogada, demoledoramente dialogada, y, como sus títulos inmediatamente posteriores -El conflicto de los Marx, Pistoleros de agua dulce, Plumas de caballo...-, uno de los más libres y sin cortapisas impuestas por las productoras: su etapa Paramount, con las figuras señeras de Walter Wanger y B. P. Schulberg en la producción, es sin lugar a dudas más agresiva, delirante y destructora que la posterior de la Metro.
Y Margaret Dumont ya está en esta primera incursión marxiana, para poder ser insultada sin piedad por Groucho.
De Arturo Ripstein, el director de Tiempo de morir -guión de García Márquez-, El lugar sin límites -adaptación de un texto de José Donoso con guión de Manuel Puig- y El imperio de la fortuna -sobre una obra de Juan Rulfo-, podremos ver esta madrugada La viuda negra, un según como se mire delirante folletín mexicano que había de dirigir Felipe Cazals y cayó inesperadamente sobre Ripstein, quien afirmó que había quedado una película "graciosa", "algo obscena".
Los cuatro cocos se emite a las 0.35, y La viuda negra, a las 7.45, por TVE 1.