Tedio
Algunos operadores hablaban ayer de aburrimiento. La levísima baja del índice general (0,04 enteros) se debería, según ellos, al tedio que se produce en una situación de calma chicha en la que el volumen global de operaciones es etereo, evanescente. Ante la falta de trabajo, sobreviene una pereza que se extiende y se contagia. No es que nadie compre, es que cuando alguien quiere comprar, tampoco hay quien venda. No hay dinero y tampoco hay papel. El resultado es una situación estable hasta el sopor con movimientos tan cortos como los de un niño que duerme y no se mueve. Alguien sugería que lo mejor en estos caso es buscar un canguro e irse al cine. Pero en agoste, en Barcelona los canguros escasean tanto como el dinero y el papel en la bolsa.
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