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Percances varios

La tranquilidad de las últimas jornadas bursátiles se vio interrumpida ayer por percances inesperados. Primero, los paneles electrónicos dejaron de funcionar a media sesión, por lo que las anotaciones tuvieron que realizarse a mano como en aquellos tiempos en los que aún no existía la informática. Y segundo, se quebró la barandilla de uno de los corros donde se agolpaban los operadores. Claro que eso no ocurría por las ansias compradoras, ni siquiera vendedoras, de los inversores, ya que el volumen de negocio fue escaso y el índice general provisional bajó 50 centésimas, situándose en 107,74. Sólo aumentaron su cotización los valores de los sectores de monopolios, comercio y finanzas.

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